Las mujeres ahorran más

Entre los chascarrillos a pie de bar hay uno recurrente y, por qué no decirlo, cansino para el género femenino: «Tienes más peligro que una mujer con una tarjeta de crédito», comentan los hombres, cuando no apuntan que el único nexo de unión entre una fémina y el dinero es cómo gastarlo. Sin embargo, para nuestros encuestados la realidad es distinta, aunque sigue quedando el poso de ligar a la mujer con el consumismo compulsivo y el derroche.

Ante la pregunta de quién es más ahorrador, ganan ellas por escaso margen. Un 40 por ciento cree que son las mujeres las que ejercen de hormigas frente a un 32,2 por ciento que afirma que ese rol es patrimonio de los hombres. Si se pregunta sólo a las féminas, podemos convenir que tienen un alto concepto de sí mismas, ya que un 57,9 por ciento piensa que son ellas las que se responsabilizan de qué y cuánto se gasta con vistas a la cartilla de ahorro, mientras que un 15,9 por ciento defiende que son ellos. Lo mismo se puede decir de los varones: también están encantados de haberse conocido, ya que un 49,6 por ciento se apunta el tanto de ser el ahorrador de la pareja. Sólo un 21 por ciento le reconoce la virtud a ella.

La contradicción no tarda en llegar. Sí, los encuestados apuntan que las féminas son más ahorradoras, pero también creen que son las que se apuntan más fácilmente al carro de hacer un gasto extra innecesario. Un 38,2 por ciento afirma que los hombres son más reticentes a gastar por gastar, frente a un 28,9 por ciento de las mujeres.

Sobre la responsabilidad de llevar las cuentas del hogar, los roles dejan de ser determinantes, ya que un 40 por ciento piensa que ambos. Eso sí, le siguen las mujeres con un nada despreciable 33,9 por ciento y un 20,8 por ciento defiende que los hombres.

La crisis también ha provocado un cambio de hábitos. Un 79,2 por ciento afirma que revisa mensualmente todos los gastos mensuales frente a un 13,1 por ciento que no quiere ni saber lo que gasta, quizá para no llevarse un disgusto.

La encuesta es, en fin, un fiel reflejo de los datos económicos. Los españoles estamos intentando ahorrar y lo hacemos en las partidas aparentemente más previsibles: un 27,5 por ciento en ocio, un 24,5 por ciento en viajes, un 16,7 por ciento en moda y un 15,9 por ciento en gastos generales. Conclusión: tendremos un poco más de dinero «por si acaso», pero definitivamente nuestra vida es un poco más lineal, ya perdemos calidad de vida en el entretenimiento.