Enfadado para empezar

Madrid- La concentración de Ferrari en la estación invernal de Madonna de Campiglio está resultando más tensa de lo habitual. Alonso afronta la tercera temporada con la escudería italiana y lo hace con más responsabilidad que nunca. Ha asumido completamente el poder y ahora empieza a tener todo lo que pidió desde el punto de vista técnico para construir un coche competitivo. Durante esta semana se ha confirmado la llegada de varios ingenieros procedentes de McLaren que completarán el departamento de aerodinámica –venido a menos– y algún técnico más que servirá de apoyo al director y creador del nuevo monoplaza, Pat Fry.

Ahora si el coche va bien, Alonso tendrá doble mérito, porque fue él quien insistió en despedir a Aldo Costa y apostar por Pat Fry como máximo responsable técnico, con quien trabajó en McLaren en 2007. Pero si el Ferrari no corre, no podrá excusarse como en anteriores temporadas. Y en plena pretemporada, el asturiano dejó entrever ayer a los medios su enfado por el tratamiento concedido a su reciente separación matrimonial. Contestó con monosílabos y esquivó preguntas siempre relacionadas con la Fórmula Uno. Quizás con esa actitud consiga estropear su imagen. Según ha podido saber LA RAZÓN, personas muy influyentes le han sugerido que quizás ha llegado el momento de realizar cambios en su círculo más cerrado para intentar obtener otra imagen pública, más amable que la actual.

Alonso afirmó: «No existe obligación de ganar, no hay ninguna imposición. Pero existe el deseo de recuperar el dominio que tuvo Ferrari durante la pasada década. Soy optimista». Mientras, Massa también se muestra tenso por las constantes comparaciones con su compañero y el ultimátum que le han lanzado sus jefes. La próxima temporada puede ser su último año vestido de rojo.