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«Hay que dejar atrás los escándalos»

El presidente del Gobierno arropa a Javier Arenas en un acto multitudinario de cierre de campaña en Sevilla. El candidato popular invoca las «reformas» y el «diálogo»

«Hay que dejar atrás los escándalos»
«Hay que dejar atrás los escándalos»larazon

Sevilla- En el último día de campaña Javier Arenas pidió ayer el «voto útil de cambio» de la «mayoría moderada» de los andaluces, a quienes garantizó un gobierno «de centro y decente» frente a la alternativa, remota pero no descartable, de PSOE con IU, un pacto que calificó como «más de lo mismo y más radical». El candidato popular, que cerró por la noche en Sevilla en el Pabellón San Pablo junto a Mariano Rajoy (quien días atrás lo acompañó también en Cádiz, Almería y Málaga), quiso visitar por la mañana su provincia de infancia y adolescencia –«uno siempre vuelve a sus orígenes»–, y se dejó ver por Jerez de la Frontera y San Fernando. Por cierto, al hilo de la pésima situación financiera del Ayuntamiento jerezano, prometió un Estatuto Marco Especial para consistorios cuya hacienda sea crítica, «con anticipos reintegrables de diez a quince años», y aseguró la implicación del ministro de Hacienda Cristóbal Montoro en la vital refinanciación de la deuda a largo plazo de las corporaciones locales.

Hasta la pasada medianoche Arenas ha recorrido en estos quince días 6.148 kilómetros, a razón de 409 kilómetros diarios, a lo largo de los cuales ha presentado 319 propuestas concretas y concedido 48 entrevistas a distintos medios de comunicación. Además cuenta en estos momentos con 22.000 seguidores diarios en twitter y otros 19.000 en facebook. Pero su balance de campaña fue ayer más bien cualitativo: «Frente a la lluvia de insultos de nuestros adversarios una catarata de propuestas para el futuro de Andalucía». «No he pronunciado una descalificación ni he prometido ningún brindis al sol y tengo la esperanza de que las urnas se llenen el domingo de ilusión y confianza», prosiguió Arenas, para hacer reiterados llamamientos a la participación al objeto de que Andalucía «deje de ser una isla, una autonomía que jamás ha cambiado de color político». El candidato popular se atrevió incluso, «frente al color tenebroso del paro, los abusos y el derroche», a describir cromáticamente el cambio andaluz, cuyas pinceladas serán «el color vivo de la reforma, el color de la transparencia, el color claro del diálogo y el color alegre de la esperanza». De todas formas, la prudencia hasta el final sigue dominando los discursos de los principales dirigentes del PP. «Nos queda rematar la faena», advirtió el secretario general de la formación en Andalucía, Antonio Sanz, mientras Arenas insistió en que no deja un centímetro «ni a la confianza excesiva y menos a la euforia. Conozco la fortaleza de nuestro principal rival aunque sus resultados en política social hayan sido estos años más bien cortitos». Pese a que el llamamiento a la participación fue general, hizo hincapié en la petición de voto tanto a los jóvenes que «nunca han tenido la oportunidad de conocer otro gobierno» como a las mujeres, ante las cuales el presidente del PP andaluz empeñó su palabra para acabar con la desigualdad salarial y con el paro femenino del 34 por ciento, al tiempo que recordó su plan de crear 60.000 guarderías para que padres y madres puedan conciliar mejor la vida laboral y familiar.

Asimismo, manifestó su intención de «gobernar para todos» al margen de actitudes de soberbia, abuso o prepotencia y aseguró aspirar, de obtener mayoría de gobierno, a ser un presidente «respetado y bajo ningun concepto temido».

En el multitudinario acto de cierre de campaña, Rajoy alabó la trayectoria del candidato Javier Arenas y se mostró seguro de su victoria en las urnas el domingo. Aseguró que «ahora en Andalucía toca gobernar, decidir, responder a las inquietudes de la gente». El propio Rajoy se encargó de recordar que en el mitin popular –unas 7.000 personas– había mucha más gente que en el de los socialistas. El presidente del Ejecutivo aseguró que las elecciones suponen una «cita con la historia» de Andalucía para que sea una región que pueda «mirar adelante, dejar atrás los escándalos y dé ejemplo» con un gobierno de Javier Arenas. La comunidad–en su opinión– necesita «confianza» para usarla en beneficio de los ciudadanos «y que nadie se aproveche», «abrir las puertas al aire limpio».