Crisis económica

Una crisis espiritual por Rosetta Forner

La Razón
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Nos han hecho creer que el dinero anda escaso y que la crisis económica es una realidad. En mi opinión, la crisis es la consecuencia de haberle dado más valor a lo material que al ser humano y a la vida misma. Cuando el dinero escapa de nuestras vidas, la crisis hunde sus raíces en lo espiritual. La prosperidad tiene que ver con el alma. El ser humano ha perdido el norte, el sur, el este y el oeste. Sin amor no podemos vivir ni en la infancia ni a cualquier edad, pero nos las podemos apañar sin dinero, éste paga cosas, nada más. Nos hemos equivocado dándole rango de «dios»: no somos mejores o «más» que otros cuando lo poseemos, ni una «m» cuando nos da la espalda. Considero que esta época de crisis es una oportunidad para revisar nuestros valores humanos y la manera que tenemos de manejar nuestros destinos en lo económico. Vivir por encima de las posibilidades trae malas consecuencias. Quien lleva las riendas de su vida sabe que es un ser valioso independientemente de sus posesiones materiales. Cuando creemos en nosotros (autoestima sana) nos sentimos igual de ricos con cinco que con mil. Cuando la autovaloración es baja, uno se siente miserable y fracasado por más que tenga. Conviene reflexionar sobre qué lección espiritual encierran tanto la crisis personal como la global. Más vale persona que bienes. El dinero va y viene por la vida, pero los que no vuelven son los momentos vitales desperdiciados en lamentarnos. Por cierto, el hombre feliz no tenía camisa.