Cifras envenenadas

Las guerras de cifras deberían estar prohibidas, porque son una tomadura de pelo. Ha vuelto a ocurrir con motivo de la huelga en Secundaria de la enseñanza pública. Según los sindicatos, el seguimiento fue del 80 por ciento, mientras que el Gobierno regional lo cifró en el 43 por ciento. A nadie le cabe en la cabeza que pueda haber tamaña diferencia a la hora de la evaluación. Pero esto se puede cuantificar con exactitud: basta con conocer a cuántos profesores les van a descontar de su sueldo los días de inasistencia al trabajo. Personalmente, no me cabe ninguna duda de que han sido huelgas políticas. Las convocan en Madrid los sindicatos porque el Gobierno regional quiere que los profesores den 20 horas de clases a la semana, cuando resulta que en Andalucía están dando 21, han comenzado el curso en muchos barracones y algunas aulas sin pupitres. Pero allí los sindicatos no han dicho esta boca es mía. Los alcaldes de Rivas, San Fernando de Henares y Parla, de IU y PSOE, ofrecen su apoyo a los convocantes de las movilizaciones . En la inauguración oficial del curso, el ministro de Educación hizo un alegato en defensa del profesor que desprendía una severa crítica a Aguirre, a sus recortes y a su consideración sobre los docentes. Si esto no es conflicto político, que venga el sentido común y lo vea.