Rocío Márquez: «Los puristas pesados son como los talibanes»

 –«Claridad». ¿Qué tiene usted claro?
–Tengo clara la voz. Y la pasión que siento por el flamenco.

–¿Y qué le gustaría que la gente tuviera claro?
–Que hay que luchar por lo que se tiene que luchar.

–¿Usted lucha mucho por...?
–Por mi arte. Pero cada vez que voy a un país, me veo en revueltas: me pasó en Grecia, luego en Egipto...

–¿Cree que lo tienen claro los que mandan?
–No. Ni el Gobierno ni la oposición. La gran noticia sería que alguien lo tuviera claro. Sólo está claro que no hay nada claro.

–Antonio Muñoz Molina se ha enamorado de su voz. ¿Es bueno tener un escritor de cabecera?
–Viene muy bien. Le estoy muy agradecida a él y a Elvira Lindo.

–Lo ve todo claro porque ganó la Lámpara Minera del Festival del Cante de las Minas de la Unión, ¿eh?
–Bueno, juego con ventaja, pero no sé si ahora prefería tener la lámpara de Aladino para pedirle tres deseos al genio.

–Creo que ha cerrado. Dicen que su voz es clásica y fresca. ¿Ortodoxa?
–No quiero que el peso de la tradición me limite.

–Pitingo dice que odia a los puristas...
–Es que cuando los puristas se ponen pesados, son como los talibanes. Yo no comparto a veces su opinión.

–Ay, los puristas...
–Se ponen tan pesados con el flamenco puro como antes se ponían los curas con la pureza de las mujeres.

–Canta «Liberación». ¿Qué nos tiene atados?
–El miedo. Y la prima de riesgo.

–«A mí no meterme». ¿En qué no se mete?
–Soy muy intuitiva: no me meto en los charcos que no debo meterme.

–«Antiguamente eran dulces». Todo era más dulce antes...
–Antiguamente, los timbres del cante eran muy dulces; luego llegaron las voces rotas. Ahora vuelve la dulzura. Yo soy muy dulce.

–«Nana para Rocío». ¿Se la cantaría a Rajoy para que durmiera bien?
–Esta es para mi sobrina. A Rajoy tendría que hacerle una distinta.

–«Duérmete Mariano que viene la Merkel...»