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CO2 de la compra: alimentos importados una «bomba» para el medio ambiente

Elegir entre comprar un kilo de legumbre de fuera frente a uno de aquí es un gesto más importante de lo que uno pueda imaginar. Los productos alimenticios importados recorren más de 5.000 kilómetros, lo que dispara su huella ambiental y provoca la pérdida de empleo rural 

CO2 de la compra: alimentos importados una «bomba» para el medio ambiente
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E n un mundo globalizado incluso la cesta de la compra cambia. Los cereales, el pienso, el café, las especias, el pescado, el marisco, las frutas y las legumbres son los productos que más distancia recorren para llegar a nuestro plato. Realizan más de 5.000 kilómetros (5.013 km de media), lo que dispara su huella de carbono, según el estudio «Alimentos kilométricos», realizado por Amigos de la Tierra y las Universidades de Sevilla y Vigo. De ahí que elegir productos locales (o al menos nacionales) y de estación sea una opción más importante de lo que uno pueda pensar.
Sin embargo, las importaciones de alimentos en los últimos años, lejos de disminuir, se han disparado. Entre 1995 y 2007, éstas crecieron en más de un 50 por ciento, hasta alcanzar 29 millones de toneladas importadas al año, con la consiguiente emisión de 4,4 millones de toneladas de CO2, un 55 por ciento más que en 1995.
En este balance hay que sumar también las emisiones generadas por el transporte y por la importación de productos cada vez más lejanos. Y es que, aunque la mayoría de estos alimentos importados sigue procediendo de Europa, los productos de América Central y Suramérica ya suponen el 39 por ciento. En cuanto al modo de transporte, el barco sigue siendo el principal medio, y el de menor uso el tren, a pesar de tener un impacto ambiental 20 veces menor que el transporte por carretera.
Si además los productos importados se generan en nuestro entorno, las consecuencias son todavía peores, ya que de optar por los foráneos (quizá por ser más baratos) la superficie dedicada a ese cultivo en España disminuirá con la consiguiente pérdida de empleo, de ese empleo rural que incluso recibe ayudas para evitar que el campo se vacíe. Algo esencial, ya que, según los datos de la Comisión Europea, «el 56 por ciento de la población de la UE vive en zonas rurales, y éstas representan el 91 por ciento de su territorio; de ahí la vital importancia del desarrollo rural».

Alimentar al ganado
«Incluso los alimentos indentificados típicamente con la dieta y el paisaje de España, como el vino y los garbanzos, son importados a miles de kilómetros. Así, el 87 por ciento de los garbanzos que se consumen en España es importado, principalmente de México, mientras que la superficie dedicada a este cultivo ha disminuido en España con la importante pérdida de empleo que esto supone», ha manifestado Manuel Delgado, catedrático de Economía de la Universidad de Sevilla. En concreto, las 62.722 toneladas de garbanzos importados en 2007 recorrieron de media 7.330 km para llegar a España. En el caso del vino, aunque las importaciones de este producto entre 1995 y 2007 bajaron un 99 por ciento, éste viajó 8.013 km de media, casi el doble que en 1995. Los piensos para animales que importamos no se quedan atrás: recorren de media 7.901 km, 2.311 km más que en 1995, sobre todo por el mayor peso de los productos «made in Argentina». De ahí que sus emisiones se hayan disparado hasta suponer 828.000 toneladas de CO2, frente a las 803.000 de 1995.
Por todo ello, un pequeño gesto al hacer la compra, como es mirar la procedencia del producto, puede suponer un gran cambio para el medio ambiente y la economía.