Baloncesto

Grecia

Golpe de timón

La Razón
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La Selección española de baloncesto da la impresión de que comulga poco con las ideas del actual seleccionador, Sergio Scariolo. Ya ocurrió en el pasado europeo. El comienzo fue más que preocupante y la continuidad en el torneo se salvó casi milagrosamente. Tuvo que dar un golpe de atención Marc Gasol para que se enderezara el rumbo. Pareció que los jugadores habían optado por jugar a su manera, más que siguiendo las pautas que marcaba el seleccionador. Con cambio tan radical se ganó el campeonato.

En el Mundial, el comienzo fue decepcionante. Da la impresión de que para seguir adelante se ha dado otro golpe de timón. Los jugadores se reunieron sin los miembros del equipo técnico y, seguidamente, resolvieron favorablemente la eliminatoria con Grecia. Resulta sospechoso que el equipo juegue mejor y decida quiénes han de acabar resolviendo los partidos tras una sesión en la que ellos mismos se dicen las cosas a la cara y se confabulan para acabar con tan incierto discurrir.

La Selección sufrió para derrotar a Grecia, su gran adversario en la final mundialista que ganó, y repitió la victoria. En aquella ocasión tampoco contó con Pau Gasol, lesionado, y esta vez, encima padecía la baja de Calderón, un hombre experimentado y con las ideas muy claras.

El equipo demostró que es capaz de aguantar la presión de un adversario de primer orden. Fue tal vez decisivo para la victoria que los balones finales se los jugara Juan Carlos Navarro, a quien las faltas personales le daban la oportunidad de sumar puntos. En tal decisión sí estaba acertado Scariolo, aunque ello era de cajón. Serbia es un esperanzador nuevo reto.