España
Cruzada catalana antiburka
El burka y el niqab quedarán vetados en edificios municipales de la Ciudad Condal después del verano.
La Ciudad Condal se convertirá en la tercera población española y primera gran ciudad en prohibir el uso del burka y el niqab en los equipamientos municipales, que no, de momento, en espacios públicos. Tras los vetos de Lérida y El Vendrell (Tarragona), esta medida llegará a la capital catalana. Mientras, el Pleno municipal de Tarragona aprobó ayer una moción conjunta presentada por el PSC y CiU para prohibir el uso del velo integral en los edificios municipales. En Gerona también hubo votación, aunque no prosperó la iniciativa.El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu (PSC), justificó ayer la prohibición por motivos de «seguridad y sentido común». Señaló que «cualquier ciudadano se tiene que identificar al entrar en algunos espacios». La medida del Consistorio refuerza la idea de la propagación de prohibiciones del burka y el niqab en ayuntamientos catalanes. Ya son trece los municipios de esta comunidad que han vetado –o se plantean hacerlo– estas prendas islámicas.
Cambio de opiniónEn un principio, la intención del Ayuntamiento de Barcelona era estudiar un informe jurídico sobre la cuestión, pero se cambió de idea y Hereu confirmó la prohibición, cuya votación aún no tiene fecha, aunque seguramente se realizará tras el verano. El decreto obligará a modificar las normas de cada centro municipal para impedir que nadie entre sin que se le pueda identificar claramente, lo que también afectará a quienes pretendan acceder «con pasamontañas o casco de moto». De esta manera, se vetará el velo integral islámico en centros cívicos, bibliotecas, mercados y guarderías, entre otros espacios. En las justificaciones de Hereu no aparecieron conceptos feministas ni religiosos. Insistió en que «de ninguna manera atentamos contra ninguna creencia religiosa». Hereu sacó dos conclusiones del informe. Una es que los ayuntamientos no pueden regular esta cuestión en la calle, pero sí en los equipamientos, por lo que apostó por una regulación general en el Parlamento catalán y en el resto de España. La otra conclusión fue que «debemos realizar todo un proceso de pedagogía e intercambio de opiniones para explicar el motivo de nuestra decisión». La duda reside en saber qué partidos votarán a favor o en contra. La cuestión no es menor, teniendo en cuenta que los socios del PSC en el Ayuntamiento, ICV, son los más fervientes detractores de prohibir el burka y el niqab. El presidente del grupo municipal de ICV en el Ayuntamiento y segundo teniente de alcalde, Ricard Gomà, se manifestó «rotundamente en contra» de prohibir el acceso a los equipamientos municipales a estas mujeres. Desde CiU, su concejal Mercè Homs celebró la decisión del Consistorio, aunque abogó por ir «más allá» y extender su prohibición a la calle. Homs reclamó que la política tenga un gesto de proacción. Por su parte, el presidente del grupo municipal del PP, Alberto Fernández, consideró insuficiente el decreto de alcaldía y reclamó prohibir el burka y el niqab en las calles, una medida a la que ayer se sumó CiU.
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