Consejo de Ministros
El PP se reserva confirmar el «no» hasta oír las razones
El acercamiento Gobierno-PP, por la crisis de los controladores, puede tener las horas contadas. De hecho, el Ejecutivo no cuenta hoy ni siquiera con el compromiso de apoyo de los populares para prorrogar el estado de alarma. Anoche, oficialmente sostenían que no tenían postura aún, «ninguna». Pero por adelantado ya han dejado caer en los días previos que no son partidarios de mantener ese marco excepcional por un conflicto que no deja de ser laboral, y a partir de ahí la pelota la colocan en el tejado del Gobierno.
El «cuerpo» les pide el «no», pero en la dirección popular ha habido debate y se han valorado sus consecuencias en términos de imagen ante la opinión pública. De partida, con esa disposición al «no» atenderán hoy las explicaciones del ministro de Fomento, José Blanco, en el Congreso, del que quieren saber qué razones justifican la prórroga y qué gestiones ha hecho desde que estalló la crisis que ha vivido el espacio aéreo español. Es decir, qué ha negociado desde entonces con los controladores para buscar una solución. Los de Rajoy esperan aclaraciones sobre el presente y respuestas también sobre el pasado que no encontraron en la intervención del presidente del Gobierno ante el Plenario de la Cámara Baja. Quieren, por ejemplo, el detalle sobre cómo Blanco ha administrado el Real Decreto de febrero en el que se fijaban las condiciones laborales de los controladores civiles, y quieren fiscalizar hasta qué punto en esa norma hubo «imprevisión» por no regular desde un principio lo que debía excluirse del cómputo de la «actividad aeronáutica».
Meses después, el 5 de agosto, el Gobierno aprobó otro Real Decreto, el 1001/2010, en el que se establecía ya una definición de esa «actividad aeronáutica», pero el problema –subrayan en Génova– es que con su literalidad en la mano, a mediados de diciembre «decenas de controladores podrían haber alcanzado ya el límite de horas anuales». María Dolores de Cospedal desveló ayer que Rubalcaba telefoneó el domingo a Rajoy para pedirle ayuda y apoyo, sin darle explicación sobre si iba a prorrogar o no el estado de alarma. «Y luego le insultó en un mitin del PSOE». Hasta anoche, nadie del Gobierno se había dirigido de nuevo a Rajoy para concretar sus planes.
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