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Los «hackers» ya tienen satélite

Se lanzará en 2015 y busca acabar con la censura planetaria en internet

Los «hackers» ya tienen satélite
Los «hackers» ya tienen satélitelarazon

MADRID – No son la NASA norteamericana. Ni la JAXA japonesa. Y tampoco la Roscosmos rusa. Pero un grupo internacional de «hackers» asegura que va a emprender su propia carrera espacial. Así lo hicieron público en el Chaos Communication Congress (CCC) celebrado hace unos días en Berlín, uno de los eventos sobre seguridad informática con mayor solera en el gremio de los programadores. Entre todas las conferencias, ponencias y actividades, hubo una presencia muy esperada. Nick Farr, «hacktivista» norteamericano, ya había esbozado el pasado verano en el Chaos Communication Camp el proyecto «Hacker Space Program». ¿Su finalidad? Poner en órbita su propio satélite para la creación de un internet libre y sin censura; poner a un «hacker» en órbita; y, más a largo plazo, enviar a un «hacker» a la Luna. ¿Ciencia ficción o directamente una broma? Ellos aseguran que va en serio. Es más: los proyectos ya están en marcha.

«Pensamos sobre ello mientras viajábamos en tren de camino al Chaos Communication Camp», explica a LA RAZÓN Nick Farr, cofundador de la Hacker Foundation. «Pero no hay una organización centralizada del proyecto... Simplemente dije que era posible hacerlo. Los "hackers'' se quedaron con la idea y ahora, programadores de todo el mundo están trabajando en ello, no porque yo se lo dije, sino porque comparten el mismo sueño que yo. Y están igual de emocionados», añade Farr.

El sueño no es otro que crear un internet disponible en cualquier parte del mundo, accesible para todo aquel que lo necesite. «No se trata de reemplazar la red actual. Cuando internet se restrinja por motivos políticos, como ha sido el caso de Egipto o Siria, los usuarios podrán usarlo. Los "hackers"creemos que la comunicación y el intercambio de información es un derecho fundamental», aventura Farr. Y es que, «así como la gente comparte libros prohibidos en los regímenes dictatoriales, también tendrán acceso a internet pese a las dificultades jurídicas». Aquí entra en juego lo que se conoce como filosofía «Open Source», o en castellano «código abierto». «Los hackers sólo están acotados por las limitaciones tecnológicas. No tenemos que responder ante contratistas de defensa ni intereses de seguridad nacional. Trabajamos sin fronteras. Compartimos nuestros descubrimientos y exigimos que aquellos que trabajan con nuestra información la compartan a su vez con el resto del mundo», afirma. Así, la ley SOPA (Stop Online Piracy Act) de EE UU, que prevé detener la piratería y bloquear sitios web por derechos de autor, es otra de las razones que han motivado la iniciativa.

Estaciones «low cost»
Técnicamente es posible. El proyecto, llamado Hackerspace Global Grid (HGG), cuenta con la participación de Constellation, iniciativa estudiantil alemana de investigación aeroespacial que se nutriría de microsatélites llamados CubeSats, de apenas un kilo de peso. «Estos satélites se han puesto en marcha desde la década de los setenta por parte de los operadores de radio ‘‘amateurs''», apunta Farr. Los «hackers» también barajan la posibilidad de lanzar un satélite a través de globos meteorológicos. Mientras, en tierra, una red de estaciones terrestres «low cost» –de apenas 100 euros– rastrearían la señal. Los usuarios necesitaría un equipo especializado.

¿Habrá problemas legales? Los responsables del HGG apuntan a que casi con total seguridad. «Pero para la Policía sería muy difícil seguirles la pista. Estas bases apenas se diferencian de los receptores de televisión por satélite. E incluso se pueden "enmascarar"para que parezcan tendederos de ropa. No ocurre como con la señal wifi; las señales de transmisión y recepción son ráfagas cortas y no son costantes», asegura el «hacktivista». Para este año, estarían listos tres propotipos de estas bases. La fecha para el lanzamiento ya está prevista: agosto de 2015, coincidiendo con el Chaos Communication Camp. Éste será el primer paso para el desarrollo de nuevas tecnologías que posibiliten los puntos más ambiciosos del programa: poner a un «hacker» en órbita primero y enviar a otro a la Luna después. «Sí. Lo haremos en 2034», dice Farr con rotundidad. «Tras lograr el primer objetivo, es sólo cuestión de tiempo», añade.

«Lo que se busca es un internet paralelo», opina Chema Alonso, «hacker» ético y consultor de seguridad de Informática 64. «Las operadoras ponen control al tráfico en la red, los gobiernos auditan ese tráfico... Si montas una red y esa red crece y crece, puedes tener un punto de conexión sin censura. Se trataría de rebautizar internet», añade. Alonso considera que «las condiciones de Google para el usuario son leoninas y su política cambia constantemente; si hablas de política en Facebook, te cierran la cuenta; y si escribes algo que no le gusta a Twitter, ya verás lo que pasa...».

Alonso cree que el resultado podría ser similar al de una red local. «Sería como una intranet», asegura. Y no acarrearía grandes dificultades técnicas. «Es perfectamente viable. Hay muchas universidades, entre ellas españolas, que han lanzado sus propios satélites para fotografías, pruebas químicas... Por algo se habla de "basura espacial"».


Si ya estuviera en órbita...
Son varios los puntos del planeta donde el satélite, por ahora virtual, podría haber cambiado la realidad y acabado con la censura, de haber existido:
-Túnez: durante la Revolución del Jazmín, los disidentes afirmaron que el Gobierno tunecino había bloqueado los sitios de los blogueros opositores, así como Flickr y WikiLeaks.
-Egipto:primero fue Twitter, después Facebook y, finalmente, se cancelaron los servicios de internet. El Gobierno de Mubarak cortó el acceso a las redes sociales para evitar la convocatoria de protestas.
-China: el caso del país asiático viene de más atrás. IP's bloqueadas, palabras censuradas... El «gran cortafuegos» chino opera desde 2003, lo que le costó enfrentamientos con Google.
-Corea del Norte: la estricta dictadura tiene completamente bloqueado el acceso a la red.


El personaje
Nick Farr, el «capitán» de los piratas cibernéticos, está al frente del ambicioso proyecto espacial