Conciertos

Pasión Vega: «Tenemos miedo a las pasiones locas»

Con firma propiaProfesión: cantante.Nació: en 1976, en Madrid.Por qué está aquí: presenta el martes en el teatro Arteria Coliseum (Madrid) las canciones de su nuevo álbum, «Sin compasión». 

«Fui una niña feliz de clase media que patinaba mucho»
«Fui una niña feliz de clase media que patinaba mucho»larazon

–«Sin compasión. ¿De qué no tiene compasión?
–No hay que tenerla de los malvados, dicen, pero yo soy bastante compasiva: creo que casi todos merecen una segunda oportunidad.

–En este disco están las músicas que ama. ¿Ha amado más músicas que hombres?
–Sin duda. Me he enamorado más veces de canciones que de hombres. Hoy, hombres y mujeres tenemos miedo a las pasiones locas, porque la pasión te desnuda y te deja indefenso.

–Le llaman la voz de seda. No sé si ahora preferiría ser la voz de oro...
–El oro está más valorado, pero a mí me gusta la seda; es suave, ligera, sensual. Voz de seda me llamó Antonio Banderas, y ahí se quedó.

–Cuénteme sus vicios al margen de la música...
–No fumo ni bebo. Soy mujer de tasquitas: me encantan las gambitas y el jamón. Pero eso no es vicio, ¿verdad?

–Verdad. Canta «No hay fracaso». ¿Dedicada a Rubalcaba?
–Ja, ja, ja. A todos los que pasan un mal momento, Rubalcaba incluido.

–«Y nunca te olvido». ¿Qué no olvida nunca?
–Mi niñez. Fui una niña feliz de clase media que patinaba mucho. Todavía hoy patino.

–«El flamenquito que perdió las botas». ¿Qué le duele perder?
–La inocencia, aquella candidez del principio tan bonita.

–«Eso no es amar». ¿Qué es amar?
–Hacerle la vida fácil al otro. Querer al otro con sus defectos y virtudes, tal como es.

–«Historia de un fado». Si el tango es el lamento del cornudo, ¿el fado es el lamento de...?
–Del amor perdido, de la nostalgia, de Lisboa.

–«Rincones oscuros». ¿Conoce sus rincones oscuros?
–Sí, y espero descubrir más. Intento no enseñarlos, pero a veces se ven.

–«Los últimos». ¿Los últimos serán los primeros?
–Los primeros serán siempre los primeros. En esta sociedad estorban los últimos, los perdedores. Así es desgraciadamente.

–«Bolero con ron». ¿Eso es ponerle grados al romanticismo?
–Sí, y alivio a las penas. Mezclado con alcohol todo duele menos.

–«A la hora de soñar». Cuénteme su gran sueño...
–Conquistar todos los grandes teatros del mundo.

–«Esta eternidad sin ti». Quizá también le gustaría ser eterna...
–Me encantaría cantar eternamente..., si hay público escuchando. Si no lo hay, mejor morirse. Pero si algo merece ser eterno, es la pasión.

–«La única diferencia entre un capricho y la pasión eterna está en que el capricho suele durar algo más» (Oscar Wilde).