«Hay que cuidar más al agricultor y al ganadero»

QNueva temporada y nueva andadura. De la agricultura a la política. ¿Cómo surgió todo?
-La COPE, mi casa desde hace 26 años, me propuso hacer el programa de tarde y no les pude decir que no. Sobre todo porque me permitían hacer un programa distinto a todos los que hay en esa franja horaria.
-¿Por qué le puso «La Atalaya»?
-No fue el primer nombre que pensé, pero esos ya estaban registrados. Al final le puse «La Atalaya» por lo que significa: un lugar elevado desde el que se pueden ver las cosas con nitidez y perspectiva.
-¿Hay mucha diferencia entre hacer un programa tan especializado como Agropopular y otro generalista?
-Sí, pero para mí la mayor diferencia es la que hay entre hacer un programa semanal y uno diario y tener que estar más pegado a la actualidad que antes.
-Usted fue uno de los primeros en hacer información de la Comunidad Económica Europea. ¿Aquel proyecto de Europa se ha quedado sólo en eso, en un proyecto?
-La política europea ha cambiado mucho desde entonces, sobre todo se ha complicado con la incorporación de los nuevos estados miembros. Aquello es una Babel que se ha alejado bastante de la realidad del ciudadano por el que trabajan.
-¿Cómo vive la gente del campo esta época de crisis?
- Con una crisis adicional porque se unen la crisis de carácter general que sufrimos a la estructural que tiene el campo desde hace años.
-¿A qué se refiere con lo de «crisis estructural»?
-A la diferencia que hay entre lo que se le paga al agricultor o al ganadero y lo que pagan los consumidores por el producto. El sector agrario es el úncio que no fija sus precios de venta, les viene fijado desde fuera, al igual que los costes de producción: fertilizantes, electricidad… todo. Y eso resulta muy complicado de gestionar.
- ¿La salvación de la crisis puede estar en el campo?
-Yo sólo conozco cuatro necesidades básicas en el ser humano como respirar, ir al servicio, comer y beber y los encargados de satisfacer la comida son los agricultores, ganaderos y pescadores con sus productos. Por eso hay que cuidarlos más.
-Se dice que la gente del campo es como la del teatro, siempre está llorando.
-Sí, tienen fama de llorones y es cierto. Yo siempre cuento la anécdota de mi abuelo que, cuando le pedía la propina, me decía que no me la daba porque la cosecha no había sido buena. Y el año que hubo una buena cosecha me contestó: Este año lo que no ha habido son buenos precios. El caso es que también me quedé sin propina. Ése es uno de los problemas del sector agrario, que de tanto decir que viene el lobo ya nadie se lo cree.
-¿Quién pone el precio en las lonjas?
-Los precios que aparecen en las lonjas son sólo indicativos, sólo sirven de orientación al comprador puesto que está prohibido por la normativa fijar ningún precio. En los últimos años todo esto ha cambiado mucho porque el precio del ovino o del cereal viene marcado por el mercado internacional ya que los productos vienen de todo el mundo.