Hamas vuelve a usar misiles y destruye un colegio israelí

Hacía varios meses que Hamas no lanzaba cohetes sofisticados contra una zona poblada israelí. Lo hizo el viernes por la mañana con un misil GRAD, de mediano alcance y fabricación iraní, contra la población de Ashkelon, sin causar víctimas, pero sí daños materiales.

El sábado repitió con un proyectil Qassam, de fabricación casera, que causó graves desperfectos en un centro universitario cercano a la localidad de Sderot. La respuesta israelí a ambos atentados no se hizo esperar: dos ataques aéreos en las madrugadas del viernes y el sábado contra objetivos de Hamas y túneles de contrabando de armas con el saldo de un palestino muerto y ocho heridos.

El primer ministro, Benjamin Netanyahu, se refirió ayer a lo ocurrido y apuntó a Hamas como el responsable directo de cualquier ataque que se origine en Gaza. «Así lo veo yo y así es como la comunidad internacional debe verlo». Netanyahu, que calificó de «milagroso» que no hubiera ocurrido un «desastre» con la caída del cohete en un barrio residencial, recordó que «se seguirán tomando todas las medidas necesarias» para defender a Israel y sus ciudadanos.

El misil GRAD es el primero de este tipo que impacta en una zona urbana desde hace «bastantes meses», según confirmó la Policía a este periódico. Los cohetes Qassam, de menor alcance, son «semanales» en zonas limítrofes de Israel con Gaza.

En lo que va de año Hamas ha lanzado 110 cohetes y morteros contra Israel. Y ya son 400 desde que terminó la Operación Plomo Fundido, en 2009. Antes de esta ofensiva, los palestinos habían lanzado 7000 cohetes desde 2005, año de la retirada israelí de Gaza.