Bankia
Rato apunta a Ordóñez como impulsor de la fusión de Bankia
Afirma que la gestión de su equipo «no ha tenido coste alguno para el contribuyente»
MADRID-Dice el refranero español que el que tuvo retuvo. Y, como tomo el mundo sabe, Rodrigo Rato ha sido de los mejores parlamentarios que han pasado por el Congreso. Su habilidad dialéctica, su temple y su verbo rápido permanecen intactos. Ni una pregunta sin responder y ni una respuesta que no tuviera intención de dar de antemano en su comparecencia ante la Comisión de Economía para hablar de la crisis financiera, en especial de sus dos años como máximo responsable de Bankia. Defendió su labor al frente de la entidad; apuntó sobre el ex gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, como promotor de la fusión de Caja Madrid y Bancaja; desveló que presentó a Economía un plan de saneamiento para Bankia más barato que el actual; admitió que se fue por discrepancias con el Gobierno, que no quiso enfrentamientos y que todas las decisiones que se adoptaron antes, durante y después de la fusión hasta su dimisión contaron con el respaldo de supervisores y auditores. Todo eso y más en una sesión que se prolongó durante tres horas y media y en la que tan sólo los portavoces de ICV y UPyD se mostraron implacables –y en ocasiones hasta impertinentes– con el compareciente. Lo del PSOE y CiU fue una interpelación de guante blanco.
Desde bien temprano, la llegada de Rato suscitó gran expectación en la Cámara. Tanto que alguien decidió que entrara por el garaje para evitar el revuelo, pero una vez dentro de la sala, y flanqueado hasta la misma por varios dirigentes del PP, dominó la escena y la palabra como nadie. Ya en la Ernest Lluch, llena hasta la bandera, empezó el relato con un recordatorio de la fusión de Caja Madrid y Bancaja, para dejar claro desde el minuto uno que el 2 de junio de 2010 fue «llamado con urgencia al despacho del gobernador del Banco de España», donde se le conminó a una integración con Bancaja. También que tenía la conciencia de haber hecho «bien las cosas» y que la gestión de su equipo «no ha tenido coste alguno para el contribuyente». Todo el proceso posterior a aquella reunión estuvo jalonado no por uno sino por hasta tres informes de otras tantas auditoras que fueron supervisados por el regulador. Más cifras, más fechas, más datos... hasta llegar al pasado 4 de mayo en que presentó un plan de saneamiento al Ministerio de Economía que suponía a final de este año «préstamos de dinero público por valor de 6.000 millones», una cantidad cuatro veces inferor a la requerida y aprobada por su sucesor, José Ignacio Gorigolzarri, que roza los 24.000 millones. «Un plan –enfatizó– que nunca fue aprobado. No quise plantear ningún enfrentamiento y presenté mi dimisión». Nunca tuvo, añadiría después, enfrentamientos con nadie, «ni con el Gobierno anterior, ni con el actual, ni con el gobernador, ni con el subgoberanador, ni con los auditores. Nunca tuve problemas con nadie, más bien resolví unos cuantos y me adapté a las circunstancias en beneficio de mi entidad». Si alguien pensaba que Rato iba a cargar con dureza contra su partido o algún miembro del Gobierno pinchó en hueso, si bien deslizó algún tímido reproche al titular de Economía. Eso sí quedó claro.
Todas las preguntas que se le formularon sobre lo ocurrido a partir del 7 de mayo cayeron en saco roto, bien fueran sobre la nacionalización de la entidad, el nuevo plan de saneamiento o las provisiones. Ahora bien, se negó a hablar de «agujeros» o «pérdidas», sino de «valoraciones de deterioros futuros» como consecuencia de los sucesivos decretos aprobados y la evolución macroeconómica.
Tampoco quiso pasar por alto el contexto económico y la virulencia de la crisis. Lo hizo del siguiente modo: «Tengo 63 años. En diciembre del próximo año, tendré 64 y para entonces llevaremos cinco de recesión. No debemos despreciar lo que está pasando, nada que ninguna pesona de mi edad e incluso mayor que yo haya vivido antes».
Ya en el turno de réplica aclaró que el Banco de España no le forzó, sino que le conminó a la fusión, que él comenzó a estudiar y vio viabilidad y condiciones para ella. No fui forzado a fusión con nadie», dijo antes de asegurar también que nunca hubo conversaciones formales para fusionar Caja Madrid con La Caixa.
Arropado por la dirección del PP
Alfonso Alonso, José Luis Ayllón, Teófilo de Luis, José Antonio Bermúdez de Castro, Santiago Lanzuela, Esteban González Pons... Varios fueron los dirigentes del PP que quisieron acompañar a Rodrigo Rato en su comparecencia ante la Comisión de Economía del Congreso. En ella, el ya ex presidente de Bankia dejó claro que durante su gestión al frente de la entidad nunca tuvo problemas con nadie, ni del Gobierno anterior del PSOE ni con el actual, del Partido Popular (PP).
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