Crítica de libros
Corazón del Bierzo por Andrés Sánchez Magro
De tradición viticultura y bodeguera dos hermanos han rastreado la hoy importante zona del Bierzo, criando mencías y godellos. Madai alude a un nieto de Noé, que como dice la tradición, fue quien plantó viñas, un día bebió vino y se embriagó antes de perderse en el primer cambio climático de la historia. Esta bodega juega con esta resonancia bíblica y con la influencia que en nuestra cultura tiene el mundo del vino. Godello es una uva que está dejando cada vez más improntas creativas para los bebedores. Su lágrima, casi como la de Noé, es densa y abundante, de nariz compleja, muy fina, con notas azahar, y un juguetón puzzle de frutas tipo pera de agua, o flores blancas y ligeros recuerdos de hinojo. Vino raro que destaca por su frescura, y que sabe trabajar el equilibriao y sin petulancia las lías y las notas fosforadas. Madai es un golpe de vida de integración, ya que al calentar la copa, salen notas de levadura muy fina y su paso en boca es muy cuidado e intenso. Tiene un beber con volumen, graso pleno, y toques amargos al final de la lengua hace sugerente el siguiente sorbo.
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