The Gift contra Moodys

MADRID- Nuno Gonçalves vive en Madrid. Es el compositor y líder de The Gift, la banda de pop independiente más internacional de Portugal. Viaja casi todas las semanas a Lisboa para los ensayos de la banda. «Cuando nos convirtieron en basura, llegué al país y me recibieron con sonrisas. Que nadie me diga que somos un país basura, porque a la gente se la atiende en los hospitales y ningún niño se muere de hambre. Hay más alegría de la que dicen las agencias de calificación de rating», asegura de corrido.

Menos de un año después del exitoso «Explode», traen a Madrid, la ciudad donde en verano Gonçalves compuso las nuevas canciones, «Primavera», un disco, dice, para escuchar en invierno. Introspectivo, voz y piano, ambos álbumes funcionan como dos caras de una misma moneda: la alegría desbordada y la celebración del anterior frente a la «melancolía esperanzada» de este segundo. No les importa ir deprisa. Están crecidos después de una larguísima gira veraniega y de ser invitados como teloneros por Anna Calvi. «Estamos en un gran momento, todo nos sale bien. No tiene sentido tener estas canciones nuevas y guardarlas en un cajón, o en un disco duro, que es peor», dice el teclista.

Los dos conciertos de esta semana (mañana y pasado) serán dobles. Una mitad para cada disco, con una escenografía distinta. «Lo piden las canciones –dice Gonçalves–. Una parte íntima y otra, una fiesta expansiva. Son los dos mundos de The Gift. Quizás por eso cantamos en inglés y en portugués, una lengua para decir lo que pensamos, y otra para lo que sentimos», dice en un correctísimo castellano. «Y lo que queremos transmitir es la alegría portuguesa, de la que se habla poco, que existe y que sentimos obligación de defender».