Acción de Gracias

Me dicen que algunos miembros del Gobierno estuvieron al borde del infarto el pasado martes a cuenta de la situación económica y financiera. Me cuentan que Rubalcaba figuraba entre los más nerviosos. No me extraña, a la vista de las grandes y graves responsabilidades que recaen sobre sus espaldas en todos los órdenes de la política. Ayer la situación se tranquilizó un poco, por lo menos en apariencia. Por otro lado, hoy es el Día de Acción de Gracias en Estados Unidos y mañana también es medio fiesta allí. Por este motivo los mercados financieros internacionales van a estar a medio gas. Aprovechando esta coyuntura, de un cierto reposo, por lo menos en teoría, en algunas ocasiones anteriores se han anunciado medidas de carácter económico y monetario, cuando se han registrado situaciones complicadas o de crisis en el mundo. Es tan solo una reflexión, después de lo que ha pasado durante los dos primeros días de esta semana, tras el anuncio del apoyo a Irlanda. Mientras tanto, el patio sigue revuelto. Ayer la Bolsa de Madrid y las europeas estuvieron más tranquilas. Sin embargo, el diferencial entre el bono español y el alemán continuó aumentando y el riesgo país otro tanto. Además, Zapatero, o quien sea, ha puesto manos a la obra, y ha convocado en La Moncloa a una treintena de empresarios muy importantes, supongo que para debatir sobre la situación actual y sobre las medidas que se deben adoptar. Espero que este encuentro sea efectivo y no se quede sólo en una operación de imagen para salvar la cara del Gobierno después del documento de los empresarios, tan crítico con la política económica y la situación actual. Serían de agradecer decisiones.