F. C. Barcelona
A la contra
En el fútbol tampoco hay verdades absolutas. El Barcelona practica un juego que le otorga característica especial y definitoria. Sin embargo, cuando se predica sobre su singularidad y se entiende que no practica otro sistema, aparece fórmula inesperada que también le permite ganar, como sucedió ante el Espanyol.
Del Real Madrid se pondera la facilidad que tiene para jugar al contragolpe, aprovechando la velocidad de Di María y, fundamentalmente, de Cristiano Ronaldo. Al Madrid se le supone letal cuando se lanza a la carrera hacia delante. Nadie piensa en que formule un tipo de juego similar al barcelonista. Hay, indudablemente, menos toque, menos posesión del balón y trata de acabar la tenencia del mismo con el pase largo a la espalda de los numerosos defensores contrarios.
Diríase que el Madrid no sabe jugar a otra cosa. Se suele pensar que el Barcelona, tampoco. Todo el sistema azulgrana está montado en la parsimonia del pase y solamente cuando emplea velocidad en el mismo se planta ante el guardameta contrario con peligro real de gol. Se ha demostrado que el equipo de Pep Guardiola también puede jugar a la contra.
Pedro, quien parece que ya ha perdido el diminutivo, posee gran velocidad y sus compañeros han comenzado a aprovechar tal condición y su facilidad para salir desde ambas bandas, e incluso por el centro. El Barça practica la fórmula que no se le suponía.
Contra el Espanyol, en Cornellà, recurrió a los pases hacia Pedro para que éste desbaratara la defensa contraria. Una vez más se ha demostrado que en el fútbol no hay verdades incontrovertibles. Se puede jugar y ganar de maneras distintas. Y todos los grandes jugadores las tienen en su repertorio.
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