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Rossy de Palma siempre chic pero en plena crisis por Jesús MARIÑAS
Paco León ha actualizado el antaño Teatro Calderón en el que triunfaron folclóricas como Lola Flores, Juanita Reina, Valderrama o Celia Gámez.
Un escenario histórico ahora remozado, o más bien transformado, por el actor que es una especie de Joel Grey en «Cabaret», un maestro de ceremonias. El sevillano también prepara un documental interpretado por su madre y laureado por su hermana, toda una revelación en los últimos premios Goya.
Rossy de Palma se lamentó sobre la crisis que está sufriendo. Aunque estaba animosa y siempre viste muy chic. Lo reconocía ante Eva Hache, que caldeó su polémica como presentadora de los Goya. Ambas me hablaron del restaurante que Muñoz Escassi proyecta abrir junto a Fonsi Nieto en el centro madrileño. A ver si funciona mejor que el montado en la Plaza de España, en la misma casa en la que vive Amenábar, piscina y complejo deportivo incluídos. Su propietaria, los embargó por impago, y él solía lamentarse bajo las manos de la peluquera Mari Ángeles Cáceres cuando ésta trabajaba en Alberto Cerdán antes de dirigir el salón de Moncho Moreno. Él hace todos los reportajes parisinos de Nati Abascal.
El patio no está para excesos y los de Paco hacen temblar los cimientos, como este «show» de Paco. El intérprete también tiene una película: «Ay, Carmina», un homenaje a su madre, la protagonista. Estrenan en el Festival de Málaga y piensa continuar de gira.
Sara Vega lució cuero plateado mientras Chenoa desmintió los rumores sobre su posible vuelta con Bisbal: «Ni se me ha ocurrido, estoy promocionando mi disco y nada más», me aseguró, más delgada. «Por la crisis sólo hago conciertos acústicos con dos ayudantes, hay que acomodarse a los tiempos», afirmó ante Ana Asensio y Lorenzo Caprile, siempre inefable. Letizia no es la misma desde que dejó de vestirla, ahora se ha volcado en Felipe Varela, Zara y Mango. Lo confirmaba Enrique Monera, autor sin firma de la última rehabilitación de figuras ilustres del catálogo patrio. Él «restauró» a María Teresa Fernández de la Vega, de talante diferente al de Soraya Sáenz de Santamaría. Sintonizo con las dos, igual que con Caprile. También dimos repaso a los vestidos de los Oscar. Es un filón para él, se ha convertido en el máximo creador de alta costura española.
Observé cómo Samantha Vallejo Nájera rehuyó el «photocall» para no pronunciarse sobre su hermano Colate y Paulina. Caprile aprobó el bolso de Loewe que llevaba Rossy, venga a llorar por las esquinas del local. Fernando Tejero se aposentó con su tristeza típica y hasta se dejó achuchar con falso regocijo. «¿Qué te pareció Meryl con su traje dorado? Parecía un paquete navideño», demandó a Caprile. «Le sobraba el lamé y los lazos, pero no me pareció mal», afirmó. Después, consideró mejor a Gwyneth Paltrow y tachó de «espanto» el aderezo aguileño de Elena Anaya. «Rompía la armonía del diseño».
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