Diseño

El «pequeño paso para el hombre» vivido en Berkeley

La entrega de diplomas del pasado sábado en la Universidad de Berkeley no fue una más. Un estudiante sin movilidad en las piernas acudió a por su título caminando en uno de los nuevos modelos que revolucionarán la vida de millones de víctimas de lesiones medulares. 

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Acontecimientos como el vivido el pasado sábado en la entrega de diplomas de la Universidad de Berkeley dan aún más sentido a la célebre frase de «un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la Humanidad».

«Preguntadle a cualquiera que esté en una silla de ruedas, preguntadle lo que significaría estar otra vez de pie y darle la mano a alguien a su misma altura», dijo emocionado Austin Whitney en los minutos previos a la ceremonia.

El momento esperado llegó cuando Withney, de 22 años, debía darle la mano al rector, Robert Birgeneau. Más de 2.000 estudiantes con togas y birretes aguardaban a ser llamados en el Estadio Edwards antes 15.000 invitados entre familiares y amigos.

Entonces apareció Whitney en el escenario, ayudado por un exoesqueleto atado alrededor de su traje y acompañado por los miembros del equipo de ingeniería que han hecho posible el «milagro» que arrancó un emocionado aplauso con todo el estadio puesto en pie.

Un corsé mecanizado

Un equipo de ingenieros de la Universidad de Berkeley compuesto por cuatro estudiantes de doctorado dirigidos por el profesor Homayoon Kazerooni han estado desarrollando un corsé computarizado –denominado exoesqueleto- que, según los resultados, creen que será capaz de cambiar por completo la vida de miles de personas en silla de ruedas por un precio asequible.

Whitney, estudiante de Historia y Ciencias políticas trabajó con el equipo durante nueve meses. Una colaboración inesperada en su biografía hace cuatro años. Una noche de fiesta y el exceso de alcohol derivó en un accidente de coche en el que su automóvil acabó empotrado contra un árbol. El impacto lesionó gravemente su columna vertebral a la altura de las caderas.

Tras 41 días hospitalizado, Whitney dio un nuevo rumbo a su vida. Diez días después del alta médica se matriculó en la universidad. Cuando llegó al campus de Berkeley en 2008, Kazerooni y su equipo habían estado ya desarrollando exoesqueletos durante casi una década y que dio pie a la creación de la compañía «Berkeley Bionics».

En octubre, la compañía presentó «E-Legs», un exoesqueleto que se vende a clínicas de rehabilitación por alrededor de 63.000 euros.

El modelo que Whitney llevaba en la graduación era diferente. Su andador se utiliza con una fuente de alimentación -que se transporta en una mochila- y unas muletas, y su coste ronda los 20.000 euros, el mismo coste que algunas sillas de ruedas motorizadas.