Pekín
China sube los tipos de interés en otro cuarto de punto
China sube a partir de hoy los tipos de interés en un cuarto de punto, hasta el 5,81 por ciento, en otra medida de Pekín para contener la inflación doméstica, que en noviembre llegó al 5,1 por ciento, el nivel más alto desde hace 28 meses.
Se trata del segundo aumento de los tipos de interés ordenado por el Gobierno chino, que el pasado 20 de octubre ya subió en 25 puntos básicos este índice. Pekín se había mantenido inamovible en este aspecto desde 2007, antes del estallido de la crisis mundial, pero las incipientes presiones de la inflación interna le obligaron a actuar.
En un comunicado publicado por en su página web, el Banco Popular de China (PBOC, Central) reconoció que el objetivo es luchar contra la inflación doméstica, que asoma como el principal caballo de batalla macroeconómica para Pekín en el corto plazo.
Junto a los tipos, el banco central chino también incrementó hoy la tasa de depósitos bancarios en otro cuarto de punto, hasta el 2,75 por ciento.
Profesionales de la banca internacional en Pekín señalaron a Efe que la medida anunciada hoy está destinada a drenar la economía y a frenar el crédito y los préstamos.
La boyante recuperación económica (a la espera de cerrar el último trimestre, en los nueve primeros meses del año China creció a un ritmo superior al 10 por ciento) está disparando los precios por encima de las estimaciones oficiales.
En noviembre el Índice de Precios al Consumo (IPC) de China registró un incremento del 5,1 por ciento, lo que encendió las alarmas en el régimen comunista, que había previsto para el acumulado de 2010 una inflación de sólo el 3 por ciento.
La noticia llega después de que el banco central anunciase recientemente una modificación en su política monetaria, que en 2010 se denominó "moderadamente abierta"y que para 2011 pasa a definir como "prudente".
El Gobierno chino es consciente de la batalla que libra y en sus previsiones ya ha dejado traslucir cierto pesimismo, ya que para 2011 el objetivo crecimiento del PIB se mantiene en el 8 por ciento, pero se da mayor margen a la inflación, hasta el 4 por ciento.
El régimen está preocupado porque el encarecimiento de los precios, especialmente en el caso de los alimentos, que suponen un tercio de la cesta de la compra del consumidor chino y que en noviembre se dispararon más de un 11 por ciento, desate el descontento entre la población.
Esta misma semana, Pekín no ha podido ignorar más la escalada mundial de precios del petróleo y ha aumentado en un 4 por ciento el litro de la gasolina y el diesel, que mantiene controlados oficialmente por debajo de su precio real.
La disponibilidad de efectivo de los bancos chinos ha agravado un poco más el problema: en once meses han prestado 7,45 billones de yuanes (1,1 billones de dólares, 862.000 millones de euros), al límite del objetivo oficial de 7,5 billones propuesto por el Gobierno para todo 2010.
Estos hechos, junto con otros detalles como la última inyección de dinero de la Reserva Federal estadounidense y las presiones para la apreciación del yuan, están causando un exceso de liquidez en la tercera economía mundial y burbujas en sectores como el inmobiliario o la bolsa.
Así, por ejemplo, la vivienda lleva años encareciéndose anualmente por encima de los dobles dígitos, y algunos economistas locales advirtieron que ya ha alcanzado un nivel crítico desde el punto de vista social, ya que su precio es 27 veces superior a los ingresos anuales por familia.
De hecho, el PBOC ya llevó a cabo otras iniciativas similares este año, sobre todo en lo referente al coeficiente de caja de los bancos, que ha incrementado seis veces en 2010, hasta situarlo en el 18,5 por ciento (19 por ciento en el caso de los grandes bancos).
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