Asturias

Rubalcaba la otra guerra de Chacón

La ministra tantea a los barones para medir su fuerza frente al vicepresidente

La ministra de Defensa, Carme Chacón, ha presidido esta tarde una reunión en el Estado Mayor de la Defensa para coordinar el despliegue militar español en Libia,
La ministra de Defensa, Carme Chacón, ha presidido esta tarde una reunión en el Estado Mayor de la Defensa para coordinar el despliegue militar español en Libia,larazon

MADRID- Zapatero aún no ha deshojado la margarita…, y los aspirantes a ocupar su trono miden ya su fuerza orgánica en el PSOE. Si hace varios meses que los impulsores de una supuesta candidatura de Alfredo Pérez Rubalcaba vienen discretamente tomando el pulso de las distintas federaciones, ahora es la ministra de Defensa, Carme Chacón, quien anda sin disimulo en busca de apoyos antes de decidir si presentarse o no a unas primarias frente al vicepresidente primero, en el caso de que fuese éste el escenario que sucediera al anuncio de retirada del presidente del Gobierno. Desde su entorno matizan, sin embargo: «No está en ello. Han sido algunos dirigentes socialistas quienes han llamado a su puerta animándole a que de un paso al frente y ofreciéndole su apoyo y el de sus territorios»

 Los promotores de la «operación Rubalcaba» no dieron mayor importancia a esos movimientos hasta el célebre desayuno informativo, en el que la ministra emitió claras señales de que estaba dispuesta a entrar en la liza sucesoria.

Para cuando lanzó sendos mensajes, Chacón ya había tendido puentes con quienes antaño hubieran podido cuestionar no sólo su nombramiento como titular de Defensa, sino su capacidad para liderar un proyecto político. Su habilidad y reconocidas dotes para las relaciones personales le permitieron tejer complicidades incluso con algunos entusiastas de la opción Rubalcaba. Pero fue sobre todo en el grupo de críticos o «damnificados» del vicepresidente primero y vicesecretario general del PSOE donde halló mayor entusiasmo. No en vano, aquel desayuno fue presentado por Teresa Fernández de la Vega, alguien que durante mucho tiempo sólo compartió con Chacón su animadversión hacia Rubalcaba y Blanco.
 
En aquel salón de un céntrico hotel madrileño se contaban por decenas todos los que tenían alguna cuenta pendiente con el vicepresidente primero y con José Blanco. Desde la ministra de Sanidad, Leire Pajín, pasando por el secretario general de Madrid, Tomás Gómez, hasta llegar al ex jefe de gabinete de Zapatero entre 2000 y 2004, José Andrés Torres Mora, cuyas cuitas con Blanco vienen desde la primera Ejecutiva Federal que compuso el secretario general del PSOE.
 
Desde entonces, Chacón no ha levantado el pie del acelerador en busca de adhesiones en los territorio, pese a que sostiene que no ha dado un paso ni lo dará hasta que Zapatero no despeje su futuro. Y eso es lo que tiene desconcertados a los cuadros del partido, también a los de las federaciones que la apoyarían sin ninguna duda. El castellano manchego José María Barreda, amigo personal de la titular de Defensa, no tendría duda de brindar su apoyo y el de su federación a la savia nueva del partido. Tampoco el madrileño Tomás Gómez, que así pasaría factura a quienes maniobraron contra él para que ni fuera candidato por Madrid. Los apoyos de Barreda y Gómez, sin embargo, podrían ser efímeros, porque para cuando Chacón los necesitase en caso de primarias, las urnas ya habrán dirimido el mapa autonómico y si los secretarios generales de Madrid y Castilla-La Mancha siguen o no. Se quedaría, pues, con la adhesión de algunos críticos de las distintas direcciones regionales.

Así, hay dirigentes de la convulsa federación valenciana que han traslado a Chacón su respaldo, pero éstos no representan a la dirección regional de Jorge Alarte, que estaría alineado con Rubalcaba y Blanco. Lo mismo ocurría con Andalucía, cuyo secretario general, José Antonio Griñán, mantiene una excelente relación personal con Chacón, pero la federación atraviesa por una profunda división entre los partidarios de Griñan y los hombres de Manuel Chaves. Uno podría pensar que el PSC en bloque está del lado de la Chacón y no de Rubalcaba, pero no es del todo así. No en vano, hay quien en el PSC no olvida la ambigüedad con la que se alejaba o acercaba al socialismo catalán según las circunstancias. El ejemplo más ilustrativo fue su distanciamiento tras la sentencia del TC sobre el Estatut.

El PSE-E, con Patxi López, apoyaría por el contrario la opción Rubalcaba, con algunas excepciones. E ídem Navarra, Asturias, Galicia, La Rioja y Castilla y León, entre otras. Aragón, con Marcelino Iglesias, es la gran incógnita, pero aseguran desde Ferraz que el secretario de Organización hará «lo que le pida Zapatero».


Quebrar el «pacto de silencio»
¿Y qué pedirá Zapatero? Unos dicen que no hace ascos a los movimientos de Chacón, que siempre estuvo en su mente para que le sucediera; otros, que ha llamado a capítulo a la ministra, pero que ésta niega todos sus pasos…. Desde la dirección federal sostienen, en todo caso, que Zapatero pidió contención a todos, y que los que se llaman «sus leales» son quienes han quebrado el pacto de silencio hasta que el presidente del Gobierno despeje, previsiblemente, el 2 de abril su futuro. Y que en su intención hay dos objetivos, según sus detractores: uno, inquietar a Rubalcaba, que siempre dijo no estar dispuesto a dividir al partido con unas primarias, y dos, «amagar primero para erigirse después en la gran sacrificada en aras de la unidad del PSOE». Su plazo no es el corto, dicen otros, «sino el medio y el largo».