Castilla-La Mancha
Plomo en las alas por José Clemente
Abrir un aeropuerto en España en tiempos de crisis, después de los precedentes sentados por los de Castellón y Castilla-La Mancha, no es cosa fácil. Lo dijo ayer el presidente Valcárcel al asegurar que la apertura se ha complicado en exceso debido a la burocracia que rodea el asunto, pues no se trata de abrir Corvera, sino de cerrar al mismo tiempo San Javier, y lo que parece ser que en realidad será, es que ambos aeropuertos funcionen conjuntamente durante un par de meses. El barco de AENA hace aguas por todas partes, cuando permite abrir instalaciones con dudosos informes del tráfico que mantendrán en su primer año de funcionamiento, y cerrarse en banda a la hora de autorizar el de Corvera, por el que varias compañías, entre ellas Ryanair, ya se han interesado y garantizan su solvencia desde el primer día. Pero si sólo fuera Corvera, podríamos darnos con un canto en los dientes.
La navegación aérea española parece llevar plomo en las alas y AENA y la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que vendrían a ser como el piloto y copiloto de esa gigantesca aeronave, no saben por dónde tirar antes de que nos veamos forzados a un aterrizaje de emergencia. Se quiere evitar lo imposible, que es que otras operadoras con capital europeo se decidan por abrir nuevos mercados en nuestro país, algo tan imparable como contrario a las normas de juego. O dicho de otro modo mucho más simple: Si las compañías aéreas nacionales no dan un paso al frente como ya hizo en su momento Iberia con British Airways, de la que nació IAG, otras vendrán a repartirse el pastel con planificaciones de vuelos nacionales y de «low cost», para imponer algo que al usuario le viene como anillo al dedo, que no es otra cosa que los «vuelos a la carta». Ese papel estaba perfectamente diseñado para la compañía catalana Vueling, cosa que su presidente Josep Piqué ha explicado en distintas ocasiones, y que ha permitido a esa operadora hacerse con un puñado de vuelos nacionales y al extranjero en países que trabajan o tienen relaciones comerciales muy estrechas con España. Urge poner orden en ese mapa y a AENA ya se le está pasando el arroz.
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