Moscú
Tres aspirantes
El Atlético de Madrid aguarda constatar en Roma si el llamado «efecto Simeone» es real. El Athletic Club se ha ido a Moscú a tropezarse con el general invierno con la esperanza de que el «efecto Bielsa» resulte exitoso. El Valencia esperar recuperar ante el Stoke City, el equipo de sir Stanley Matthews, el tiempo perdido en Genk con aquella alineación absurda de Unai Emery, causa directa de la eliminación del equipo en la primera fase de la Liga de Campeones.
Esa competición la abrió el Barcelona en Leverkusen de manera esperanzadora. La Liga Europa sirve para que tres clubes con aspiraciones continentales, las nacionales se dan por perdidas antes de comenzar, refrenden la idea de que pertenecen a la mejor Liga de Europa.
El Atlético ha comenzado por visitar al Papa. La bendición no suele ser suficiente para ganar a un equipo italiano. Lo peor del equipo «lazial» no son sus jugadores, sino su afición, de persistente influencia fascista, heredera del Conde Ciano, quien distinguió al club con sus favores.
Para el Athletic Club jugar en Moscú con temperatura glacial puede ser auténtico tormento desde el punto de vista físico. Se supone, que en situación tan poco favorable, al contragolpe encuentre la facilidad goleadora de Fernando Llorente. Fútbol bonito, imposible.
El Valencia ha de jugar en Inglaterra una vez superado el síndrome de la eliminación europea y copera y tras haber recuperado ilusión ante el Sporting, aunque el resultado dijo más que el fútbol que lo propició. Necesita reafirmar su defensa, muy distraída últimamente.
Posdata. El Madrid no necesita, como antaño, los beneficios económicos de la final de Copa.
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