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Siempre negativo

La Razón
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«Tú siempre negativo, nunca positivo» fue la frase con la que el entrenador del Barça, Louis Van Gaal, logró una notoriedad especial también fuera de los campos de fútbol.
Pronunciada en su imperfecto castellano, fue popularizada por los guiñoles de un canal de televisión y se transformó en una forma coloquial de recriminar la actitud negativa, cuando no destructiva, de aquellas persones que son incapaces de reconocer algo bueno en lo que le rodea, en el otro e incluso en si mismo.

Algo de eso nos pasa en la sociedad catalana y española. Las buenas noticias son rápidamente devoradas por los comentarios negativos, que no son emitidos desde la prevención o el sano escepticismo que debe acompañar a todo análisis. Valga como un ejemplo, que no agota toda la casuística, lo que ha acontecido en estas semanas con dos buenas noticias: el anunció del corredor mediterráneo o el fin de ETA.

En ambos casos, su concreción requerirá tiempo porque deben ser gestionadas, pero ello no debe ser excusa para que se las descalifiquen o pongan en duda. Son objetivos necesarios o imprescindibles.

Por ello las preguntas son: ¿Por qué hay gente más interesada en verlo siempre en negativo y nunca en positivo? ¿Por qué en lugar de negarlas no se trabaja y propone las condiciones para alcanzarla? ¿La política no debería servir para construir proyectos en lugar de destruir objetivos?
Si queremos avanzar, deberemos defender lo positivo de las cosas y resolver lo que haya de negativo, en caso contrario sólo se cultivará la desesperanza y la frustración.