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La Razón
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Alfredo Pérez Rubalcaba es tan retorcido que ha hecho coincidir la fecha de la muerte de Franco con la de Rodríguez Zapatero, políticamente hablando claro. Es tan malo que no solo se cargó a Teresa Fernández De la Vega y arrinconó en la carrera sucesoria a Carme Chacón, sino que ha comprometido a Elena Salgado con las ayudas a Lorca para adelantar las elecciones dos días después y dejarla como mentirosa, excepto que mientan todos, incluido Rubalcaba que también es posible. Estos días se ha denunciado por activa y por pasiva que el gobierno socialista se había olvidado de Lorca y ayer mismo escribía sobre ello. Pues bien, tan sólo 24 horas para descubrirlo. El adelanto electoral impedirá la aplicación y el desarrollo del acuerdo preferente de ayudas a la Ciudad del Sol, tal y como se venía denunciando pese al enfado del gobernador civil González Tovar y del secretario general de los socialistas murcianos, Pedro Saura. Lo que le queda a Lorca, lo que le queda a Murcia es apretar los dientes y no olvidar, sobre todo, no olvidar, porque visto lo visto puede ser que nos encontremos con cosas peores. No fue Zapatero quien decidió la fecha de las generales, sino Rubalcaba, que es quien de verdad manda en el PSOE. Por eso ayer, en su comparecencia de prensa el presidente del ejecutivo no sabía cómo explicar lo que hasta hace poco días mantenía contra viento y marea, contra la oposición de los suyos, que era agotar la legislatura. Bastó solo que Rubalcaba apreciara el recorte de tres puntos sobre Rajoy para que se produjera la noticia más esperada por todos los españoles: El adelanto de las elecciones. Pero mucho me temo que esta sarta de falsedades no sea más que el principio. Por delante están los Presupuestos Generales del Estado y varios meses de su gestión, lo que podría llevar al PSOE a dilapidar parte de estos presupuestos para dejar a Rajoy sin dinero y el país en franca bancarrota, tal como indican todos los asesores externos al ejecutivo de Zapatero. No quiero decir que nos van a dejar un Estado a la griega, pero ya veremos. Se imponen auditorías por doquier, porque los agujeros pueden ser tan monumentales que riáse usted de lo sucedido en la CAM. Como ejemplo solo basta mirar hacia Los Alcázares. A ellos nadie les puede intervenir. Con el anuncio del adelanto de las elecciones generales para noviembre estamos más cerca del abismo y sin los deberes hechos, pero gracias.