Otra noche de farra con Sabina

El universo «sabinero» es un callejón oscuro con un bar al fondo, unos labios tentadores acechando con veneno al filo de la noche, mucha mucha policía, y un montón de sinvergüenzas dispuestos a dejar que les pagues la coca. Esto ya lo sabían los fieles del hombre del traje gris, que en España y allende los mares son tan numerosos como las veces que los borrachos del mundo farfullan «la última». Así que, cuando llegó la hora –lo pedía a gritos– de hacer un musical con su repertorio, estaba claro que tendría que ser una historia ambientada en el lumpen. El año pasado, por estas fechas, se la jugó una productora española, Drive, y acertó, porque esta semana arranca una segunda temporada en Madrid de «Más de 100 mentiras», un viaje teatral a las canciones de un tipo con bombín y farandulero, que podrá verse sólo hasta el 13 de enero, ya que en abril la producción viajará a Argentina.
Si el cancionero de don Joaquín parecía a priori alérgico al terreno de la comedia musical, hay que reconocer que el trabajo de David Serrano en el libreto y la dirección, una cuidada producción y un ritmo trepidante con inteligentes adaptaciones hacen bailar al más tieso de los «mandragoreros» veteranos. Y no están todos los clásicos que son, pero son casi todos los que están: «Princesa», «Coductores suicidas», «Contigo», «Calle Melancolía», «Y sin embargo», «19 días y 500 noches»...
Claro, que el «noir» tiene su encanto, y en esta historia de enganchados a la derrota, hay chicas malas, tipos duros y timos que acaban mal. A Madrid llega un reparto renovado, con Adrián Lastra en la piel del protagonista en lugar de Álex Barahona y Jaime Zatarain sustituyendo a Juan Pablo di Pace como su amigo del alma. Y con ellos, Marta Capel y Guadalupe Lancho –no les diremos cuál es la María Magdalena de esta historia y cuál la traicionera–, Juan Carlos Martín y Diego París, entre otros. Pongamos que hablamos del Rialto. Y a precios que han bajado... y no es una de las cien mentiras.