Asturias
Los antisistema prenden la mecha de la «marcha negra»
La marcha terminó en una «batalla campal» frente a Industria con 76 heridos, 33 de ellos, policías. Varios radicales usaron «lanzacohetes» contra los agentes. De ocho detenidos, dos eran mineros
MADRID- Por la lucha que han llevado a acabo durante las últimas semanas en Asturias y León no era raro pensar que los mineros iban a liar alguna batalla campal en la capital. Si la manifestación de la noche del martes transcurrió de forma bastante tranquila, la Policía estaba preparada para lo peor en el gran día de la manifestación ante el Ministerio de Industria, el «fin de fiesta» de la «marcha negra». Miles de personas recorrieron ayer las calles de la capital para solidarizarse con el conflicto y en señal de apoyo a los más de 300 mineros que llevan 20 días de peregrinaje desde las cuencas mineras de Asturias, León y Aragón. Familiares de los trabajadores, sindicatos, vecinos de las comarcas mineras y, por su puesto, individuos de corte radical que asisten a casi todas las protestas que se realizan en la capital. Son colectivos antisistema y muchos miembros identificados por la Brigada de Información de la Policía Nacional como simpatizantes o integrantes del movimiento del 15-M. Los «indignados» ya experesaron su apoyo al gremio minero y anunciaron su participación en la manifestación de ayer. Pero todos estos radicales, lejos de ayudar a los afectados en su causa, han empañado su pacífica protesta. La Delegación del Gobierno en Madrid había previsto una jornada complicada, por lo que desplegó a cerca de 400 agentes de la Unidad de Inetrvención Policial (UIP) a lo largo del recorrido y en el entorno de sedes políticas (protegiendo el Ministerio de Industria y la sede del PP).
Fue al final de la protesta, ya frente al Ministerio de Industria, cuando se produjeron los altercados. Un grupo de manifestantes, que habían estado lanzando petardos y hsta usaron «lanzacohetes» durante gran parte del recorrido, comenzaron a zarandear el vallado, que acabaron tirando, lo que «prendió la mecha» entre los antidisturbios y los manifestantes más violentos. Estos últimos lanzaron piedras y petardos contra los agentes, a lo que los funcionarios tuvieron que responder con salvas explosivas –ruido atronador para disolver– y pelotas de goma. Los altercados duraron algo más de 45 minutos y las visitas al puesto de emergencia que el Samur había situado entre las calles Panamá y Doctor Fleming fueron constantes. Los servicios de Emergencias del Ayuntamiento de Madrid tuvieronq ue atender nada menos que a 76 heridos, todos ellos leves. Entre ellos, 33 fueron policías –uno de ellos tenía un pie quemado por un petardo– y 43 manifestantes, por cortes, brechas o contusiones, sobre todo.
El balance final de los altercados se cerró con ocho personas detenidas por atentado contra agente de la autoridad y alteración del orden público. Curiosamente, sólo dos de los arrestados eran mineros. Los otros seis, de corte radical, son viejos conocidos de la Policía con numerosos antecedentes, que a última hora de la tarde de ayer estaban prestando declaración en la comisaría de Moratalaz. Ese grupo de agitadores se preparó para empezar a caldear el ambiente desde mucho antes de que los mineros llegasen al final de la marcha, con el rostro cubierto para no ser reconocidos comenzaron a insultar a los policías al grito de «hijos de puta».
Pero, no contentos con la primera carga, siguieron lanzando piedras y, hasta adoquines, y profiriendo insultos al Gobierno, lo que hizo que finalmente acudieran refuerzos desde todas las calles perpendiculares a la Castellana para calmar el ambiente.
Pero la carga policial no fue el único altercado del recorrido. Antes de empezar, a la llegada del secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, a la manifestación por detrás de los mineros, los periodistas fueron a entrevistarles. Los familiares de los mineros comenzaron una sonora pitada de varios minutos porque consideraban que «los importantes estaban delante» y que «los sindicatos no habían hecho lo suficiente por ellos». Otros participantes en la marcha interrumpieron el paso de varios vehículos que querían pasar por la zona acotada para la manifestación, poniéndose delante de ellos hasta que conseguían que retrocediesen y haciendo caso omiso de las peticiones de los conductores que afirmaban que «sólo querían pasar unos metros».
A pesar de los incidentes, el ruido de los petardos, que dio inicio a la manifestación, sólo cesó en el momento que los mineros, muchos de ellos con lágrimas en los ojos, entonaron el cántico a su patrona, Santa Bárbara, sentados en la plaza de Gregorio Marañón y esperando alguna solución a sus complicadas plegarias.
Otra manifestación
Mientras los mineros afirmaban, en los eslóganes de sus pancartas, camisetas y gritos, que no abandonarán la lucha jamás y que llegarán hasta donde haga falta, otros ciudadanos mostraban el miedo que sienten porque creen que si no se soluciona todo, «derivará en una guerra». Ya por la tarde, otra manifestación de apoyo a los mineros y a «los compañeros detenidos» esa mañana partió de la plaza de Carlos V hasta la Puerta del Sol, también con altercados.
Intento de agresión al ex alcalde
A pesar de lo pacífico, en líneas generales, de la marcha del martes por la noche, la Policía Municipal de Madrid detuvo esta madrugada a un hombre de 29 años por proferir amenazas e intento de agresión al ex alcalde de la capital y diputado autonómico del PSM, Juan Barranco. Los hechos ocurrieron en el transcurso de la marcha minera del martes, a la altura de la calle Princesa. El arrestado increpó y zarandeó al político, según fuentes policiales. El detenido intentó agredir al diputado autonómico sin éxito y fue detenido por agentes de la Policía Municipal, que trasladaron al arrestado a dependencias de la Jefatura Superior para su identificación.
La minería hace huelga, pero la cerveza no la perdona
Los bares de los alrededores del estadio Santiago Bernabéu de Madrid hicieron ayer una de las mejores cajas de la temporada, y eso que los jugadores del Real Madrid siguen de vacaciones hasta el domingo. No era día de partido, ni siquiera de pretemporada. Pero sí de huelga. Los mineros asturianos, aragoneses y castellanos llevan 45 días sin trabajar, pero la cerveza no la perdonan. Y los más de 30 grados de temperatura ambiente son la excusa perfecta. A mediodía, las camisetas negras del sindicato CC OO y las verdes de UGT sustituyeron a la clásica elástica blanca del principal equipo de la capital y las terrazas de Paseo de la Habana, Gutiérrez Solana y Marceliano Santa María rebosaban de mineros sedientos. Cañas y tapas de embutido hicieron las delicias de los manifestantes, que se fueron sumando poco a poco, con la garganta húmeda y el estómago lleno, a la batalla campal que se disputaba a escasos 500 metros. Los mineros asturianos inviertieron así el «crédito blando» logrado por UGT para financiar y alegrar esta «marcha negra».
✕
Accede a tu cuenta para comentar