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La misión de la OTAN acaba con polémica

Su participación en la caza de Gadafi está fuera del mandato de la ONU

La ONU pide una investigación sobre las circunstancias de la muerte de Gadafi
La ONU pide una investigación sobre las circunstancias de la muerte de Gadafilarazon

BRUSELAS- La misión de la OTAN en Libia toca a su fin tras lograr su objetivo nunca declarado: eliminar la amenaza de Muamar Gadafi. Tras la muerte del dictador, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussenel, acordó ayer concluir su misión en Libia el 31 de octubre tras consultar con las Naciones Unidas y el Consejo Nacional de Transición (CNT) libio. Los embajadores de los países aliados acordaron de forma preliminar concluir las operaciones ese día, y «tomaremos la decisión definitiva a comienzos de la próxima semana» después de mantener consultas con la ONU y el CNT, dijo Rasmussen en una rueda de prensa.

A pesar de la posible conclusión de la operación «Cielo protector», los interrogantes y desafíos que asoman para el Consejo Nacional de Transición libio impide que aún se cante victoria. El primero, aclarar la propia muerte de Gadafi, sobre la que la ONU ya ha solicitado una investigación. La OTAN ha reconocido que fue un ataque de uno de sus aviones el que consiguió detener el convoy de 70 vehículos en el que el sátrapa huía de Sirte. Tras una primera ráfaga de la aeronave aliada, que tanto Francia como EEUU se apuntan a sus filas y que la Alianza no quiere revelar, la columna se disgregó y se formó un segundo grupo de 20 vehículos, en el que viajaba Gadafi, 11 de los cuales fueron destruidos. Aunque el dictador sobrevivió malherido, como muestran los dos vídeos grabados en móvil por los soldados rebeldes que lo encontraron, posteriormente murió de un tiro en la cabeza en circunstancias por aclarar.

La caza al dictador no era parte de la misión aprobada, difícilmente justificable a partir de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad, en la que se garantizó la protección de civiles, y que los aliados, arrastrados por Francia y Gran Bretaña, estiraron para poder iniciar la campaña de bombardeos bajo el paraguas de la OTAN. La campaña militar, cada vez más ambiciosa, despertó las críticas de países como China y Rusia, que ya no darán su brazo a torcer en las Naciones Unidas para aprobar nuevas resoluciones incluso más suaves, como probaron con Siria.

La OTAN insistió ayer en que desconocía que Gadafi viajaba en el convoy, y se escudan en que su intervención «sólo persiguió reducir la amenaza hacia la población civil» que suponía el largo convoy de vehículos armados huyendo de la ciudad.


El reto de la reconstrucción de un país
El esfuerzo más urgente y hercúleo para los libios será volver a tener algo parecido a un Estado, que cuatro décadas de dictadura gadafista redujo a la nada, y la convocatoria de elecciones para formar un Gobierno legítimo. Para lo segundo, el Consejo Nacional de Transición se ha dado un plazo de ocho meses, una fecha que diplomáticos europeos consideran ambiciosa, ya que no tienen ni siquiera un censo. En la labor de reconstrucción, la UE y la OTAN han prometido ayuda, asistiendo no sólo en la transición, sino también en temas de seguridad, como entrenamiento de policías.