Ricky calienta Minnesota

El base de los Timberwolves volvió a ser protagonista de la victoria de los Wolves ante los Rockets. Por primera vez en cinco años, el equipo de Minnesota presenta un 50 por ciento en el balance de victorias y derrotas (12/12) y está peleando con argumentos por volver a los «play-offs». Se encuentran a dos victorias de la octava plaza del Oeste y en Houston Ricky logró su undécimo doble-doble (más de 10 puntos y 10 asistencias) de la temporada.

Lo mejor del base es que su presencia en cancha y su influencia en el juego aumentan con el paso de los minutos. Su ratio de asistencias-pérdidas en las segundas partes es la mejor de la Liga, es el jugador que más faltas en ataque provoca, es el tercer mejor pasador, es el tercer mejor «ladrón» de la competición... Ricky no cesa de crecer y el equipo lo hace con él. Todos los compañeros están encantados por su forma de ver el juego y el más beneficiado de todos es Kevin Love, la indiscutible estrella del equipo.

Para Pau las cosas no son tan fáciles. Los Lakers siguen siendo demasiado irregulares en la carretera. Su balance lejos del Staples Center es uno de los peores del Oeste (3/8) y ante los Jazz lo ratificaron. Bryant, Gasol y Bynum estuvieron notables, pero el resto cada vez aporta menos. Kobe está empeñado en acabar con los rumores de traspaso que afectan a los dos hombres altos para que el equipo arranque y en una conversación con Dwight Howard poco menos que desaconsejó al pívot su llegada a Los Ángeles porque iba a ser uno más, no iba a tener estatus de estrella. El destino del pívot de Orlando cada vez parecen más los Nets de New Jersey o Dallas antes que Los Ángeles. Los Lakers necesitan un base y que, además de los «buenos», alguien más sume. En Utah todos fueron un lastre. De los 87 puntos ante los Jazz, el resto del equipo anotó 16 con unos porcentajes ridículos.