Cataluña

Los trama Pretoria sospechaba que estaba siendo objeto de investigación

Lluís Prenafeta exigía discreción a sus interlocutores en sus conversaciones telefónicas. Macià Alavedra sufría por el futuro de sus depósitos en Andorra

Lluís Prenafeta sospechaba de que estaba siendo investigado y pide a su interlocutor que no de nombres ni detalles sobre una operación
Lluís Prenafeta sospechaba de que estaba siendo investigado y pide a su interlocutor que no de nombres ni detalles sobre una operaciónlarazon

Barcelona- Las conversaciones telefónicas se han convertido en la herramienta fundamental de la Justicia para desentrañar las relaciones entre los miembros de la trama Pretoria, así como su «modus operandi». Sin embargo, estas conversaciones –reflejadas en el sumario– muestran cómo poco a poco los integrantes de esta trama fueron sospechando que estaban siendo investigados. No en vano, la mayoría de los implicados disponían de numerosos teléfonos móviles que utilizaban intercaladamente para evitar levantar suspicacias. Aunque Bartomeu Muñoz y Luis García «Luigi» utilizaban el teléfono sin ningún tipo de reparos, el ex alto cargo de CiU Lluís Prenafeta cuidaba con esmero sus conversaciones telefónicas e instaba a sus interlocutores a medir sus palabras.

La amenaza de un posible levantamiento del secreto bancario atormentaba a Alavedra, que decidió recuperar 300.000 euros que tenía depositados en el principado, según se desprende de las conversaciones telefónicas reflejadas en el sumario. La discreción marcó el proceso de entrega de «los libros» (la palabra clave para referirse al dinero) de tal manera que el propio Alavedra no conseguía entender el procedimiento que debía seguir para efectuar la maniobra. Finalmente, «un amigo de Lluís (Prenafeta)» fue el encargado de hacerle llegar «los libros» desde Andorra hasta su oficina.

Criticando las «chorizadas» ajenas

El ex diputado del PSC Luís García y el ex alcalde de Santa Coloma de Gramenet Bartomeu Muñoz detallaban con pelos y señales sus maniobras a través del teléfono y se explayaban profiriendo todo tipo de insultos a sus interlocutores como al «idiota» del alcalde de Sant Adrià del Besós, Alfonso Cangas, o al «hijo de puta» del presidente del FC Barcelona, Joan Laporta. Es más, la posibilidad de estar incurriendo en un «fraude de ley» les provocaba sonoras carcajadas. En una ocasión, Muñoz recibió una llamada de un compañero de partido que le comunicaba que el presidente de la Federación de Asociaciones de Viviendas Sociales de Cataluña (FAVIBC), Manuel Moreno, utilizaba la visa oro de esta entidad para gastos personales y le instaba a proponer su destitución. «Con una chorizada no te puedes ir alegremente», no tuvo reparos en afirmar Muñoz.

«Bartu» quería estar ocho años más de alcalde

Además de ganar dinero con operaciones presuntamente ilícitas, el ex alcalde de Santa Coloma de Gramenet, Bartomeu Muñoz, tenía una obsesión que comparte con el resto de la clase política, ganar las elecciones. Su idea era seguir al frente de Santa Coloma dos legislaturas más, tal y como confiesa a su socio Manuel Carrillo, con quien «negoció» la contrata de limpieza del Ayuntamiento. «Mis planes son largarme en ocho años», le confesó en una conversación telefónica intervenida. Pero para ganar, había que meterse a la gente de Santa Coloma en el bolsillo. Aunque vistiendo de rojo socialista, Bartomeu tenía todas las de ganar en Santa Coloma, vivero de votos del PSC, «Bartu» se preocupaba por cumplir con los ciudadanos. En una conversación con el director de Servicios Municipales, Pasqual Vela, para amañar un concurso público, el ex alcalde se interesa por si el mercado, el supermercado, la biblioteca y a guardería estarán listos entes de las elecciones. Vela le comenta «cuenta que para las elecciones el edificio (del Mercat de Fondo) estará entero y es posible que el mercado y el supermercado estén funcionando». «Bartu» también se preocupaba por la imagen. En una charla con «Luigi», lamenta que su equipo le montará «la web de siempre, la porquería de siempre». Le habla de utilizar «Facebook» y «Twitter» para impregnar de aire Obama su imagen.