El plan fue aprobado tras una reunión de más de cuatro horas celebrada en Roma, que sufrió además un parón técnico para analizar algunos detalles sobre las intervenciones en el ámbito político del programa.
Tras la reunión, los encargados de ilustrar el plan fueron el jefe de Gobierno, Silvio Berlusconi y el ministro de Economía, Giulio Tremonti, principal artífice de este reajuste económico, que sucede al promovido el año pasado por un valor de 25.100 millones. Durante la comparecencia ninguno de los dos políticos dio datos precisos sobre el valor total de esta intervención y dejaron abierta la puerta a futuras explicaciones en los próximos días, aunque sí avanzaron algunas de las medidas que se han incluido en el texto.
Así, de las únicas cifras que se dispone son las que se habían barajado en los borradores previos a la reunión y de los que se ha hecho eco la prensa local en los últimos días.
Según el diario "La Stampa", la idea sería recortar el gasto en 1.800 millones de euros en 2011; 5.500 millones de euros en 2012, mientras que la parte más consistente del plan se aplazaría al próximo bienio 2013-2014, con 19.500 millones para el primero y 19.000 para el segundo.
En la rueda de prensa, ambos políticos hicieron hincapié en la importancia de lograr el equilibrio presupuestario y mientras Berlusconi subrayó que no puede existir un "futuro positivo"si se continúa "cargando a las futuras generaciones con un déficit en el balance", Tremonti aseveró que el equilibrio del balance es "un objetivo ético y político"del país.
Berlusconi destacó que en el programa aprobado hoy existen "medidas ponderadas"y que están abiertos a discutir su contenido durante el debate parlamentario que sucederá a la aprobación por decreto de este plan de austeridad, aunque apuntó que lo más probable es que éste sea sometido a una cuestión de confianza en el Parlamento.
Cuatro ejes
El plan aprobado en el Consejo de Ministros consta de cuatro ejes principales: La contención de los costes de la política; medidas de generales de contención del gasto; disposiciones en materia de entradas tributarias y medidas para apoyar el desarrollo. Entre las primeras, Tremonti y Berlusconi destacaron que a partir de la próxima legislatura se equipararán los costes de la política italiana a los baremos europeos, en alusión a los salarios de los parlamentarios, que actualmente perciben alrededor de 13.700 euros mensuales.
Berlusconi bromeó aquí con la posibilidad de que su sucesor al frente del Gobierno en el próximo mandato llegue a cobrar más que él por ocupar este cargo, ya que, según dijo, su retribución es de 2.400 euros al mes. Asimismo, Tremonti se refirió a limitaciones en el uso de aviones oficiales a los más altos cargos del Estado, al igual que la introducción de nuevas limitaciones en el uso y características de los coches oficiales.
Berlusconi por su parte quiso resaltar la unidad dentro del Gobierno en la elaboración del plan y agradeció su gestión a Tremonti, con lo que quiso zanjar los rumores de confrontación en el seno de la mayoría con respecto a la actividad del ministro.
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