Andalucía
Son ellos por Lucas Haurie
Los atascos en las salidas hacia las playas de ayer por la mañana y las cifras de ocupación hotelera en las ciudades turísticas nos certifican que en Andalucía existe una importante bolsa de población que todavía disfruta de los festivos. El puente es corto, de hecho no es un puente sino un fin de semana largo, y no es día feriado en el extranjero, de cuanto se deduce que son de aquí los ciudadanos que atestan ventas, restaurantes, veladores y alojamientos de todo el abanico de estrellas. ¿Quién conforma esta clientela? Pues el puñado de millones de españoles que vive de la Administración, el estrato social que se ha convertido en pudiente porque en el mundo del dinero sí es verdad que todo es relativo. La renta familiar de cargos políticos y personal contratado (o sea, enchufados) se mantiene casi intacta gracias a unos gobiernos que sangran al resto de los contribuyentes para sostener su estructura de trinque. Todas las oficinas de la Junta permanecían ayer cerradas y sus ocupantes, mientras el 30% de parados se comía los mocos en casa, disfrutaban de su tiempo de ocio a un coste asequible porque el empresario y el comerciante han tenido que tirar los precios para no repercutirle a los pocos clientes que van quedando, las variadas subidas de impuestos. El plato de gambas, o sea, vale tres euros menos que hace cuatro años, pero el Estado se lleva la parte del león.
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