Valencia

Blasco ofrece a Camps los presagios electorales positivos del pulpo Paul

El grupo parlamentario del PP celebró ayer el fin de curso entre aplausos al ex síndico popular Ricardo Costa. 

El presidente Camps impuso al futbolista Albiol la Cruz de Honor de Jaume I el Conqueridor
El presidente Camps impuso al futbolista Albiol la Cruz de Honor de Jaume I el Conqueridorlarazon

Estaban casi todos, hasta los que llegaron tarde a la foto, salvo alguna ausencia amparada por el pregón de las fiestas patronales de Benidorm.El grupo parlamentario popular celebró ayer el fin de curso con una comida en un hotel de la avenida (están en todos los detalles) de Les Corts Valencianes, de la ciudad de Valencia.El presidente Camps, que asistió a la celebración, llegó antes que casi nadie, ya que la sesión plenaria se prolongó un poquito más de lo previsto. En cualquier caso, Rafael Blasco, ya estaba para recibirle, agasajarle y pedirle que esperara al resto de diputados que fueron llegando poco a poco. «Es que no tenemos coche oficial» dijo alguna atrevida.La primera foto en la escalera del hotel representó una minoría parlamentaria que no hubiera sacado adelante ni una ley de las doce que constan en el Boletín de este curso. Poco a poco llegaron los rezagados y conformaron una mesa en «u» presidida por Francisco Camps, flanqueado por Rafael Blasco y Antonio Clemente. Solo tres micrófonos para 54 diputados hacían prever poco debate, todo era celebración y salió el fútbol bajo la pantalla gigante que mostraba al pulpo Paul quedándose con la urna con el escudo del PP y rechazando la que contenía el puño y la rosa.El presidente Camps dijo que el PP era como España mientras que la oposición era como Holanda, y que unos respetaban las reglas del juego y los otros no.También dijo que las encuestas siguen siendo favorables y que «en la comida del año próximo seremos más diputados en esta mesa».Camps aludió al ex portavoz, Ricardo Costa, y dijo que Blasco estaba siguiendo su estela lo que provocó el aplauso del auditorio.También anunció un «gran acto», sin más datos, que se celebraría probablemente durante el verano, lo que llenó de estupor a algunos diputados.Por lo demás, entrantes, paella y tarta de tres chocolates y, tras el café, todos a ver a Rajoy en una sala habilitada al efecto con pantalla gigante.