José Manuel Zapata: «Ahora la diva y la divina es Angela Merkel»

–«Los divinos», una parodia de los divos. Pero, ¿en qué es usted divino?
–En el humor. Soy una mezcla de humor y música. Eso es «Los divinos».
–¿Mejor ser divino en la cama que cantando?
–Por supuesto. Me cambiaría ahora mismo por Casanova.
–¿Quién es el político divino del momento?
–Ahora la diva y la divina es Angela Merkel.
–¿Y el tenor divino?
–Juan Diego Flórez.
–Dice que cada vez quedan menos divos en la lírica. ¿Están en peligro de extinción?
–Sí. Se han acabado casi todas las tonterías: sólo somos gente que divierte a la gente, bufones. Yo me considero un gran bufón.
–¿Lo peor de un ser divo?
–Aguantarse a sí mismo. Y las manías.
–Algo bueno tendrá...
–Ya no sirve ni para que te den mesa en los restaurantes.
–En Youtube se le ve cantando vestido de señora de la limpieza...
–Es un video que he puesto yo: me río mucho de mí mismo. Y me gusta compartir la risa con la gente.
–Parece que no peca de sentido del ridículo...
–No lo tengo. O sólo lo tengo cuando fallo a mi familia o a un amigo.
–El 1 de abril estrena en el Palau de les Arts un espectáculo suyo: «Opérame. Qué diablos es la ópera». Pues eso: ¿qué diablos es la ópera?
–A veces es lo más sublime y a veces un coñazo.
–Da vida a un científico loco que crea un robot que canta. ¿Lo ve posible?
–Todo es posible. Lo difícil es que lo haga con mi sentimiento. La voz es el espejo del alma. Cuando canto estoy desnudo por dentro.
–Es noticia que siendo un gran tenor se meta en estos berenjenales...
–Porque se piensa que un cantante de ópera ha de ser muy serio, grave y solemne. Yo no soy nada de eso.
–Es un tenor con alma de tango. ¿Qué le da el tango que no le da la ópera?
–Un plus de emoción y cercanía. El tango sale de la tripa y del alma. Ah, también me cambiaría por Carlos Gardel.
–¡Viva Zapata!