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Belén Varela: «Hoy está mal visto ser optimista» por Amilibia
Profesión: profesora de escuela de negocios. Nació: en 1968, en La Coruña.Por qué está aquí: por su libro «La rebelión de las moscas» (Ediciones B), reflexiones y pautas para una organización optimista.
–«La rebelión de las moscas». Mariano Rajoy dirá: «Jo, lo que me faltaba».
–Pues es lo que nos hace falta: una rebelión optimista, pacífica; pasar del victimismo a la acción.
–Propone un optimismo emprendedor y ambicioso. Es lo que nos llevó a la crisis, ¿no?
–Lo que nos llevó a la crisis fue la temeridad y la codicia.
–Voltaire decía que el optimismo es una filosofía cruel con un nombre consolador.
–El optimismo tiene mala Prensa, está mal visto ser optimista o decir que lo eres; parece que te declaras ingenuo y simple, casi tonto.
–Y añade el francés: «Rehúya a los optimistas: anuncian la peste». Algunos anuncian el fin del mundo...
–Si lo que se avecina es el Armagedón, celebremos la gran fiesta final y disfrutemos lo poco que nos queda. Eso diría un optimista.
–«Los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay», dijo Saramago.
–Yo creo lo contrario. Los verdaderos revolucionarios son los optimistas. El pesimista se queda en su papel estático de víctima.
–¿Eso de la psicología positiva es un invento de los ricos para consolar a los pobres?
–No, ni hablar. Es una ciencia que busca lo que nos hace estar bien incluso cuando las cosas están mal.
–Veamos. ¿Cree que el independentismo de Artur Mas supone un exceso de optimismo?
–Desconozco lo que en verdad le lleva a plantearlo, no tengo conocimientos suficientes de la materia para opinar.
–¿Los asaltos a los supermercados son un exceso de pesimismo?
–Son un exceso de victimismo.
–Los españoles que aprenden alemán a marchas forzadas, ¿son pesimistas u optimistas?
–Me imagino que son algo pesimistas respecto a España y muy optimistas mirando a Alemania.
–¿Qué le diría usted a Cristiano Ronaldo para aliviar sus crisis de tristeza?
–Que disfrute de lo mucho que tiene. Como verá, los ricos también lloran.
–Y qué mal que lo pasan cuando se les llena el Vega Sicilia de lágrimas...
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