«Basta ya» o el mitin más rebelde del PP

Los cabeza de lista a la Comunidad y el Ayuntamiento de la capital aunaron dialéctica para pedir a los más de 3.000 asistentes que acudan a votar el 22 de mayo para renovar sus mayorías absolutas, pero sobre todo para decir «¡Basta ya!», el conocido lema contra ETA, y rebelarse contra «esta absurda política de la resignación», comenzó Gallardón. Aguirre no se quedó atrás: «Basta ya de un Gobierno socialista que ha sacado leyes que no estaban en su programa electoral, como la del aborto o la de la Memoria Histórica. Ellos sí que tienen un programa oculto». Ambos coincidieron también en ofrecer su «triunfo» a Rajoy. «Vamos a conquistar una etapa que va a empezar en Madrid y va a terminar con Mariano Rajoy en La Moncloa» afirmó el alcalde, mientras que la presidenta aseguró que «el próximo 22 de mayo España va a cambiar de rumbo, va a ser un paso de gigante, decisivo...», y es que, para Aguirre, estas elecciones es más importante expresar el rechazo a los socialistas que votar a los alcaldes y presidentes.

Pero la presidenta y el alcalde no sólo demostraron que son un «tándem electoral» con el «¡Basta ya!» al unísono. Gallardón, incluso, utilizó en su discurso la conocida y polémica frase de «no me resigno», que marcó el Congreso de Valencia de 2008. «Madrid no se resigna y por eso hoy 122.000 madrileños tienen trabajo». Gallardón pronunció un discurso más duro que de costumbre tanto en el tono, como en el contenido; sin embargo, fue Aguirre la que cargó con más contundencia y de una forma más directa contra Zapatero y «sus delfines»: «El balance de estos siete años de Gobierno socialista es una España arruinada, dividida y con ETA en las instituciones». La presidenta de los populares terminó pidiendo a los suyos que trabajen «pico y pala» porque «no hay que fiarse de las encuestas que, por cierto dan un resultado macanudo», palabra que Rajoy utiliza a menudo, cuyo significado fue consultado desde la carpa de la prensa y que según la RAE es «magnífico, excelente, en sentido material y moral». Nunca hubo más unión.