España

Zannou e hijo vuelta a las raíces

Un escena del filme
Un escena del filmelarazon

Alphonse Zannou tiene 68 años y vive desde hace 40 en España. «Mi padre es un héroe. Es un pintor que trabaja en un mercadillo y tiene un corazón gigante», resume su hijo, el cineasta Santiago Zannou. Lo dice con conocimiento después de un viaje a las raíces de su familia que ha plasmado en «La puerta de no retorno», documental sobre Alphonse, a quien convenció para que regresara a Benín, su país natal, a reencontrarse con su familia. «He descubierto a una persona que tiene la capacidad de mostrar su interior. Y vi el esfuerzo enorme que hizo para que yo me haya podido convertir en un director de cine», cuenta Zannou hijo.

La tumba de su madre
El director no aparece en pantalla. Alphonse es el gran protagonista de un viaje cargado de significación, desde el reencuentro con su hermana Verónique hasta la misión que se autoimpone: pedir perdón a su madre, a la que nunca volvió a ver, llevando a su tumba tierra de su pueblo natal. «Le dije a mi padre que teníamos una oportunidad única de contar algo hermoso y para él lo era de volver 40 años después y que esa ausencia tuviese un valor universal, pero para eso nos teníamos que abrir», cuenta el cineasta.

Rodaron durante un mes en 2010, con gente corriente enfrentada a emociones inesperadas. «Imagínate; además, fuimos con dos cámaras de cine de 16 mm, no con una pequeña de vídeo, y con un equipo de 20 personas blancas. Pero ha contado una historia de África un hijo de África», afirma con seguridad. Y añade: «Ya tenía experiencia en el trabajo con personas que no son actores gracias a "El truco del manco". Estaba seguro, porque si tú vas con la verdad por delante, si eres el primero como director, que te emocionas, la gente se engancha».

El detalle
UN PUESTO DE MERCADILLO

Tras el rodaje, Alphonse volvió a su puesto en un mercadillo. Y cuenta su hijo: «El cine que hago apuesta por las personas, pero los exhibidores apuestan cada vez menos por él. Estoy deseoso de sacar a mi padre de pobre, pero, como Pedrito el del Barça, igual que yo quiero hacer lo mío, mi padre quiere seguir en lo suyo.