Génova

Presentará listas de continuidad con sorpresa en Madrid

La Razón
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En unos quince días Mariano Rajoy pondrá en marcha el proceso de elaboración de las listas electorales con las que el PP concurrirá a las generales del 20-N. A partir de esa fecha las direcciones regionales empezarán a hablar con Génova y también se abrirá formalmente el diálogo de las direcciones regionales con las provinciales. De esa negociación nacerán las candidaturas sobre las que en último término decidirá Madrid, y que aprobará el Comité Electoral Nacional antes del 15 de octubre, fecha para la que tienen que estar ya presentadas.
En Génova comentan que Rajoy se está haciendo «más gallego» a medida que se aproxima la toma de decisiones que acompañan al proceso electoral. Dicen que se está encerrando en sí mismo y que si ya era difícil saber qué pensaba o si iba o venía, ahora es totalmente imposible. Por medio ya no están sólo las listas, ya que en el partido empieza a dejarse notar el clima de inquietud previo al reparto de cartas que acompaña a la conformación de un Gobierno.

En la dirección del partido está instalada la sensación de que la continuidad marcará el grueso de la candidatura. Rajoy afronta estas elecciones decidido «a rodearse de los mejores», sin hipotecas «personales o ideológicas»; y también convencido de que España no está para perder el tiempo en estériles debates personalistas. De momento, anticipan que la clave está en Madrid, donde abren la puerta a la posible incorporación de algún independiente. Además, en Génova se ha reactivado ya el debate sobre si el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, sí irá esta vez en la lista de Rajoy, después de la crisis que en la campaña de las generales de 2008 se desencadenó a raíz del choque entre su abierta disposición a ser diputado y la irreductible oposición de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, a que lo fuera.

Esta vez Ruiz Gallardón se ha cuidado de no cometer ningún error del pasado, pero también es cierto que las circunstancias del partido y las suyas propias son distintas, según destacan en Génova. Fuentes del Comité de Dirección se limitan a señalar que no hay que descartar que, por fin, sí vaya en la lista. Que a día de hoy ésta es una de las cuestiones abiertas a considerar es cierto, tanto como que hay que rodearla de todas las prevenciones, eso sí, que exige el mutismo de Rajoy. Sobre la mesa están todas las derivadas que acompañarían a una decisión al respecto en una dirección o en otra. En la directiva popular consta, por ejemplo, la división de opiniones que genera en el equipo municipal la posibilidad de que Gallardón abandone sus responsabilidades municipales y deje el cargo en manos de la teniente de alcalde, Ana Botella. También se tiene en cuenta el coste de abrir otra crisis en Madrid a cuenta de la reacción de Aguirre, así como lo que realmente aporta políticamente a Rajoy la inclusión del alcalde en su candidatura. «Para llevarle a su Gobierno no necesita hacerle diputado», recuerdan en la sede central los que creen que Gallardón no tendrá escaño. Ahora bien, también advierten de que la relación entre ambos atraviesa en la actualidad uno de sus momentos más estrechos.

Otra de las cuestiones que genera más morbo en las filas populares es el futuro de algunos de los que fueron etiquetados como «críticos» en el convulso proceso interno que acompañó al Congreso de Valencia de 2008, De los que quedan, todos están dispuestos a repetir. A día de hoy se da por hecha la continuidad el diputado vasco Ignacio Astarloa, un dirigente muy respetado en el partido y también en el ámbito jurídico.