Maldita rutina

«Japón tiene un gran equipo, ya lo veréis», había advertido Luis Milla. Se vio; y la Selección de fútbol lo sufrió para comenzar el torneo de la peor manera posible: con una derrota dolorosa por 1-0 (y gracias) que hipoteca el presente y el futuro. Lo de más adelante es que España ya no depende de sí misma para ser primera de grupo, por lo que podría verse con Brasil en un supuesto cruce de cuartos, mucho antes de lo esperado, antes de la pelea por las medallas. Pero eso queda lejos, o lejísimos. Porque antes están los encuentros contra Honduras y Marruecos para clasificarse, y Japón demostró ayer que no hay que fiarse de nadie. Para el que pensara lo contrario, el chasco sirvió para demostrar que el oro está muy difícil, como lo estaban la Eurocopa o el Mundial, torneos que España acabó ganando, pero en los que comenzó con dudas que después supo resolver. Ojalá se repita la misma rutina.

El primer equipo español en competir en los Juegos trajo el primer disgusto colectivo. Todavía no se ha celebrado la ceremonia inaugural en Londres, pero los Juegos ya existen, aunque para España, ayer, como si no. «La Roja» estuvo perdida en su estreno en Glasgow, sin fuerza, justo lo que le sobró al equipo nipón, samuráis desbocados, kamikazes con cerebro, nada suicidas, espléndidos en la presión y con una energía inagotable que obligaba a los españoles a no parecerse a sí mismos. Allí estaba la intención, el estilo tan reconocido (tanto el de la absoluta como el de las categorías inferiores) y que tanto admira al mundo, la búsqueda de la posesión y del balón… Pero el balón no obedecía. Por una vez fue infiel a quien más le quiere. No fluía por los pies de Isco o Adrián, ambos desaparecidos, ni por los de Mata, al que le costó mucho entrar en juego. La posesión de España no servía para llegar arriba, apenas un disparo de Rodrigo fuera y otro de Mata que obligó a Gonda a hacer su única parada de la primera parte. Tampoco para tener el control de la situación, para que el partido se pareciera a lo planeado. Todo lo contrario. Jamás estuvo sujeto y la presión de Japón, en cambio, si valía para crear peligro o para hacer temblar a los jugadores que ayer vestían de azul. Fueron numerosos los errores atrás. La fuerza podía a la técnica. España intentaba sacar el balón y lo perdía. No estaba concentrada. Por salvar un fuera de banda, Domínguez regaló una oportunidad a Kyotake. En un balón comprometido atrás, Nagai se la lió a Íñigo Martínez. El defensa se enredó, perdió el balón y agarró a su rival del pantalón y de la camiseta. El árbitro lo vio y le expulsó. Las peores noticias se confirmaban porque España ya iba perdiendo por culpa de un gol de córner de Otsu, que se escapó de la marca de Montoya ante el desconcierto generalizado. El fútbol es un deporte colectivo en el que los errores individuales se pagan. Y España cometió muchos de esos ayer.

El escenario no podía ser peor. La Selección afrontó la segunda parte con uno menos y con un gol en contra. Milla retrasó a Javi Martínez y el centro del campo, el jardín habitual de España, era un coladero. Si algo bueno tuvo el conjunto nipón para los intereses de «La Roja» fue su tibieza de cara a gol, sobre todo Nagai. Fuera la primera, solo. Fuera la segunda por mucho. Al cuerpo de De Gea la tercera. El daño pudo ser mayor y sólo con la entrada de Ander Herrera España empezó a ser España. Apenas hubo diez minutos de la Selección, cuando Ander y Mata se encontraron y Montoya y Jordi Alba empezaron a explotar las bandas. Diez minutos de esperanza que murieron en una doble ocasión de Alba y Mata. Demasiado poco. No entró el balón, infiel otra vez, y España comenzó a sufrir de nuevo, pese a que Oriol Romeu ya había entrado para equilibrar un equipo que estaba roto. Precisamente un fallo del medio del Chelsea, presa de las balas de ojos rasgados que le perseguían, supuso la enésima opción de Japón. Cada contra fue una tortura. Lo mejor es olvidar el comienzo. Hoy es la ceremonia inaugural. Empiezan los Juegos. El domingo debe empezar a carburar el equipo de fútbol. No se permiten más errores.

- Ficha técnica:
0 - España: De Gea; Montoya, Domínguez, Íñigo Martínez, Jordi Alba; Javi Martínez, Koke (Tello, min.81); Mata, Isco (Oriol Romeu, min.63), Rodrigo; y Adrián (Herrera, min.56).

1 - Japón: Gonda; Hiroki Sakai (Gotoku Sakai, min.74), Suzuki, Yoshida, Tokunaga; Ohgihara (Yamamura, min.86), Yamaguchi; Kiyotake, Higashi, Nagai; y Otsu (Saito, min.46).

Goles: 0-1, min.34: Otsu.Árbitro: Mark Geiger (EEUU). Expulsó a Íñigo Martínez con roja por un agarrón a Nagai, en el minuto 41. Además, mostró tarjeta amarilla a Jordi Alba, Domínguez y Saito.

Incidencias: Buena entrada en Hampden Park. Unos 45.000 espectadores, entre ellos numerosos aficionados españoles y japoneses. Segundo partido de la primera jornada del Grupo D.