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Un juez aplaza su decisión sobre la condena a muerte de Pablo Ibar

La decisión de si se repite el juicio de Pablo Ibar, el único español en el corredor de la muerte en EEUU, o si se mantiene su condena a la pena la pena capital, fue aplazada hoy por tercera vez, lo que aviva las esperanzas de la defensa.

El juez Jeffrey R. Levenson, de Fort Lauderdale (al norte de Miami, Florida), reiteró este miércoles que necesita "tiempo extra"para estudiar en profundidad la moción y los argumentos adicionales presentados por la defensa del español, que está en el corredor de la muerte desde el año 2000, cuando fue declarado culpable de un triple asesinato cometido en 1994.

"Estoy triste, esto es duro, pero al mismo tiempo hay siempre esperanza y Pablo Ibar no la pierde", afirmó a Efe la esposa del condenado, Tania, tras una breve audiencia en la que no compareció el único español condenado a muerte en el extranjero.

Este aplazamiento sucede a los decididos en agosto y noviembre pasados, aunque, en declaraciones a Efe, el abogado de Ibar, Bejamin Waxman, se mostró confiado en que la próxima vista, fijada para el 13 de febrero, podría ser ya la definitiva.

Waxman también se dijo optimista respecto a la posibilidad de que se declare nulo el juicio de 2000, e insistió en la "contundencia"de los argumentos presentados en 2009 que ponían en tela de juicio la posibilidad de identificar a Ibar en unas imágenes grabadas del asesinato, así como la profesionalidad de su primer abogado.

La Fiscalía se mostró contrariada por este tercer aplazamiento por parte del juez, que ahora estudiará también algunos argumentos adicionales presentados esta semana por Waxman.

Esos argumentos versan sobre la constitucionalidad de la aplicación de la pena de muerte en Florida y sobre la supuesta falta de base de los testigos del asesinato que se imputa a Ibar, quien también tiene nacionalidad estadounidense.

Además, "los miembros del jurado necesitaban una guía sobre cómo analizar esa clase de pruebas"y no la recibieron, precisó Waxman, quien insistió en "la importancia de reconsiderar la completa identificación de los testigos en la instrucción del caso".

"Los argumentos adicionales son más razones para anular la condena y sentencia de muerte", defendió el letrado, a quien el juez dijo que "quiere estudiar a fondo los argumentos y al mismo tiempo dar a la Fiscalía la oportunidad de responder".

En su opinión del abogado, la Fiscalía "está preocupada por que cuanto más se alargue el caso en este tribunal, más oportunidades podemos tener para presentar reclamaciones adicionales".

Si el próximo febrero el juez finalmente acepta los argumentos de la defensa, quedaría anulada la condena a muerte de Ibar, encerrado en el penal de Raiford, en Starke (al norte de Florida), aunque la Fiscalía podría recurrir ante una instancia superior como el Tribunal Supremo de Florida.

Ibar ha mantenido categóricamente su inocencia y no se ha presentado ninguna prueba física que lo relacione con el asesinato de Casimir Sucharsky, dueño de un club nocturno, y dos mujeres, Sharon Anderson y Marie Rodgers.

El triple asesinato fue cometido en una residencia de la localidad de Miramar y captado por una cámara de seguridad cuyas imágenes de vídeo, "borrosas y de pobre calidad", no ofrecían fiabilidad para identificar a la persona que aparece, según testificó un experto facial en 2009.

De hecho, en opinión de ese experto, el británico Raymond Evans, la deficiencia del vídeo y los fotogramas es tal que en "Gran Bretaña no se habría permitido su uso", pero para la Fiscalía estadounidense fue la base para solicitar la pena máxima en un juicio en el que Ibar fue representado por el abogado de oficio Kayo Morgan.

En 2009, Morgan reconoció que su defensa fue muy deficiente debido a problemas personales que sufría, y que cometió graves errores, como no haber presentado en su momento el testimonio de un experto facial, lo que -según Waxman- habría infundido en el jurado "dudas razonables sobre la culpabilidad de Ibar".

Además, las huellas dactilares recogidas en el lugar del crimen no coinciden con las de Ibar, como tampoco las muestras de pelo, ni las de ADN que han sido examinadas.

Para Waxman, los derechos constitucionales de Ibar no fueron respetados, no contó con una defensa letrada eficaz y no tuvo un juicio justo, razones más que de peso para suspender aquel juicio.