Estocolmo

Londres recauda 168 millones gracias a su peaje urbano

La implantación progresiva del transporte sostenible es, desde hace años, una novedad en numerosas ciudades europeas, pioneras en la lucha contra la contaminación y cuyas tasas se han convertido en una fuente importante de recaudación.

 
 larazon

- En Londres, desde 2003, un peaje –se excluyen los coches ecológicos– regula la congestión. Al principio se pagaban cinco libras diarias, pero hoy son diez (unos 14 euros). Es el coste que deben pagar los conductores que quieran llegar al Big Ben subidos en un automóvil que contamine. La tasa se establece desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde, el horario estándar de una jornada laboral británica. En 2006, Transport for London (entidad que gestiona el peaje), aseguró que el tráfico se había reducido un 21 por ciento. Sin embargo, los últimos datos contradicen este avance. Los niveles de atasco han vuelto a los que se contemplaban antes de la medida, aunque el número de coches que acceden al centro se ha reducido en 70.000: «Si no se impusiera esta tasa, el tráfico sería mucho peor», apuntan. En el último ejercicio, el Ayuntamiento de Londres recaudó 148 millones de libras (168 millones de euros) que se destinarán exclusivamente a la mejora del transporte público. El escaso éxito en la zona este de la ciudad ha llevado a su exclusión de la tasa desde el pasado mes de enero.

- En Estocolmo (Suecia), después de seis meses de prueba, se decidió imponer un impuesto similar al británico. Se cobra en un horario similar al de Londres pero su coste es menor: unos siete euros diarios. La Administración sueca facilita el pago de la tasa deduciéndola del impuesto sobre la renta.

- Las ciudades alemanas comenzaron en 2007 a controlar el paso de turismos al centro de las urbes aplicando un nuevo término: zonas ecológicas. En Berlín, por ejemplo, sólo acceden a la ciudad los vehículos que porten una pegatina explicativa –roja, naranja o verde– en función de lo que contaminen. Los más eficientes; es decir, los verdes, son los únicos que pueden entrar al centro de la ciudad.