Galicia

Dos errores: la abstención fue mayor y los nacionalistas no arrasaron

Evolución del voto
Evolución del votolarazon

Un error muy extendido a la hora de cuantificar la abstención habida en la jornada del 21-O es no considerar integrantes del censo electoral a los gallegos residentes en el extranjero. Lo que ha llevado a muchos a afirmar que la abstención en las elecciones autonómicas en Galicia ha sido del 36,2%, cuando en realidad ha alcanzado al 45,6% del censo. El censo electoral de Galicia está formado por 2.697.000 electores, 397.382 de los cuales son residentes en el extranjero (CERA en la nomenclatura del INE), por lo tanto la jornada del 21-O ha tenido una participación real del 54,4%, frente a la del 64,4% de 2009, es decir 10,0 puntos inferior. El número de votantes en 2009 fue de 1,706 millones y el 21-O ha sido de 1,468 millones, es decir, doscientos treinta y ocho mil gallegos netos menos que cuatro años antes.

Obviamente este recorte lineal en la participación de 10 puntos se traduce en un descenso proporcional del 15,5%, afectando a todos los partidos, y entre los tres tradicionales, el más sensible ha sido el BNG que ha perdido el 46% de sus votantes de 2009, seguido por el PSOE que se ha desprendido del 44%, el PP con una deserción del 17% es el menos afectado por el descenso de la participación, y muy cercano a ese 15,5% de pérdida media general de electores.

En cuanto a porcentaje de voto, encabeza las caídas el PSOE con un retroceso de 10,5 puntos, al pasar del 31,5% de los votos en 2009 al actual 21,0%. Le sigue el BNG que desciende del 16,3% al 10,4%, con una pérdida neta de 5,9 puntos, mientras que los populares, tras cuatro años en el gobierno, tan solo sufren una erosión de 0,5 puntos.

Los electores socialistas son los que más han engrosado la abstención, seguidos de los populares, mientras que el BNG ha tenido como principal causa de su descenso la transferencia de voto a AGE, coalición formada por Izquierda Unida y ANOVA, escisión del Bloque.

 Un segundo mito que debe caer es considerar que ha habido un espectacular avance nacionalista en el País Vasco y que han logrado un resultado histórico, cuando los datos de las elecciones autonómicas de 1998 y 2001 desmienten esta teoría. Es aquellos comicios la suma de los votos de las candidaturas nacionalistas fue superior al logrado el 21-O; en 1998 el PNV y EA, que se presentan por separado suman 458.957 y en 2001 que se coaligan, consiguen 599.746 votos. El 29-O, el PNV recibió 384.000 votos. ¿Es el resultado del PNV en estas últimas elecciones un dato que supere a los precedentes? La respuesta es que no. Y si agregamos a este voto nacionalista el abertzale, obtendremos que en 1998 alcanzaron 682.958 votos y en 2001 su mejor resultado de toda la época democrática: 742.530 votos, frente a los 661.000 que sumaron las candidaturas de PNV y HB-Bildu en las elecciones del pasado domingo. Por lo tanto, no estamos en el mejor momento del nacionalismo vasco. Pero sí asistimos al momento en el que las fuerzas constitucionalistas vascas andan más bajas de moral, y a ello contribuye decisivamente el no haberse conseguido aún la rendición de ETA y la caída en expectativa de voto del PSOE manifiesta desde mayo de 2011, de hecho los peores resultados de los constitucionalistas se han dado en los tres últimos comicios: en 2011 con las locales y las generales y en 2012 con las autonómicas.

Los constitucionalistas venían venciendo en estos últimos quince años en todas y cada una de las elecciones generales celebradas en el País Vasco, excepto en las del 20 de noviembre de 2011, en la que fue precisamente el descenso del voto al PSOE lo que propició que por primera vez la suma de nacionalistas y abertzales se impusiera a la suma de los constitucionalistas. Precisamente fue en la convocatoria de 2008 en la que la suma de PSOE+PP+UPyD alcanzó el récord histórico de 690.000 votos, frente a los 386.000 de los nacionalistas. Entre las elecciones generales de 2008 y 2011, el bloque de la Constitución perdió 159.000 votantes. Prácticamente los mismos que han votado de menos en las elecciones autonómicas del 21-O con relación a las elecciones autonómicas de 2009, en las que se ha pasado de 519.000 votantes a 363.000, la diferencia es de 156.000 votantes. Por lo tanto, sabemos que cerca de 160.000 electores constitucionalistas no han renovado su voto por el PSOE, ni tampoco por el PP.