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Los falsos tópicos del PSOE sobre Rajoy

Nadie discute, ni siquiera en el PP, que el PSOE es una máquina de propaganda (casi perfecta, además). Ya lo demostró en la última etapa de Gobierno del PP cuando consiguió acuñar un estereotipo del hoy ex presidente que caló en buena parte del imaginario de la ciudadanía. El PP no sólo no fue capaz de desmontarlo, sino que incluso lo interiorizó y así se explica esa obsesión del «marianismo» por marcar distancias con el presidente de FAES.

Los falsos tópicos del PSOE sobre Rajoy
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Y qué decir de la teoría del sector duro y del sector blando, de los buenos y de los malos, de que Rajoy era una especie de marioneta de Ángel Acebes y Eduardo Zaplana, y hasta de Aznar. El PSOE la extendió como polvo y el PP dio vueltas y vueltas alrededor de ella, aunque Rajoy esté detrás de cada una de las decisiones más contundentes que los populares adoptaron en la pasada Legislatura. Aquello condujo a aquel Congreso de 2008 en el que el PP se reinventó a sí mismo con el «marianismo». Hoy ya no están ni Acebes ni Zaplana, pero la maquinaria socialista sigue produciendo material alrededor del líder popular. Control sobre el partidoLos eslóganes son muy variados y reman si hace falta en contra de los hechos. Uno de los que cuenta con más predicamento es el de que Rajoy no manda en su partido. En aquel Congreso de 2008 Rajoy prescindió de quien quiso y hoy no hay ni una sola voz crítica dentro del PP, aunque sólo sea por la unidad que provoca la sensación de que el poder está al alcance de la mano. De hecho, hasta los «críticos» del pasado dicen hoy que Rajoy ganará las próximas elecciones generales, aunque algunos sigan pensando que a su estrategia le falta algo de determinación. Tan seguro está de ese control del partido que el líder popular celebrará un congreso nacional antes de las elecciones: sabe que es una quimera la hipótesis de que alguien pueda intentar moverle la silla.Los sátelites de la izquierda disfrutan también aireando que Rajoy es poco aficionado al trabajo. «Que se lo digan a su familia», comenta al respecto, airado, una de sus sombras, uno de los dirigentes que lo acompaña prácticamente a todos los sitios. Su agenda pública confirma que su actividad política es casi frenética, que raro es el fin de semana que no tiene un acto de partido. «Es como si estuviera permanentemente de precampaña», insiste una de las «víctimas» de esa intensa actividad.El PP no tiene alternativa. Otro mantra, que se repite machaconamente. Pese a que el Grupo Popular dedique su cuota parlamentaria semanal a provocar debates económicos. Pese a que haya reunido todo su programa de reformas en una moción que entró en el Congreso en el mes de mayo. Y pese a que incluso está consiguiendo el apoyo de otros grupos, como CiU, para sacar adelante algunas de sus medidas. Paso a paso, Rajoy marca su ritmo, para algunos, entre los que hay compañeros de partido, muy despacio, pero a su ritmo el PP ha conseguido por fin abrir una brecha al PSOE en las encuestas. El presidente del PP tiene su particular manera de trabajar y de mandar, que nada tiene que ver, por supuesto, con la de Aznar. Pero igual que él está en la diana de Ferraz. Eso sí, Génova ha tomado nota y hoy la imagen de Rodríguez Zapatero también está en el centro de su diana bajo la llamada «usted no tiene credibilidad».