China
Durban en punto muerto
MADRID- La XVII Cumbre de la ONU sobre cambio climático, que estos días se celebra en la ciudad surafricana de Durban, ha alcanzado ayer su ecuador inmersa en una situación de aparente punto muerto. Tras una primera semana de negociaciones y reuniones oficiales en la que no se ha logrado avance alguno para alcanzar un nuevo marco de actuación respecto a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque ayer era día de descanso en el Centro Internacional de Conferencias de Durban, la mayoría de negociadores de las delegaciones dedicaron el domingo a analizar el borrador de los documentos que se discutirán en las reuniones de alto nivel que comenzarán mañana, informa Ep.
Renovar Kioto
Aunque está previsto que asistan doce jefes de Estado o de Gobierno y más de 130 ministros, parece complicado que pueda alcanzarse un compromiso firme para renovar el Protocolo de Kioto, que expira a finales de 2012. El acuerdo, firmado en 1997 y vigente desde 2005, obliga sólo a los países desarrollados –con la excepción de Estados Unidos– a rebajar sus emisiones de dióxido de carbono. Por este motivo, la Unión Europea y Japón insisten en la necesidad de crear para 2020 un nuevo protocolo vinculante que incluya también a los principales emisores como EE UU, China, India y otros países en desarrollo, cuyo peso en la emisión de gases contaminantes se está elevando sustancialmente debido a su rápido crecimiento económico.
En esta línea, los negociadores tratan de aprobar un segundo periodo de compromiso que sirva de transición a un nuevo protocolo internacional jurídicamente vinculante. No obstante, naciones como Rusia, Japón o Canada no quieren ni oír hablar de una renovación del tratado si competidores comerciales como China, India y EE UU no adoptan compromisos similares, lo cual no parece probable. «No creemos que China vaya a asumir ningún compromiso legal», dijo ayer un miembro de la delegación estadounidense.
El otro asunto que está sobre la mesa es la creación de un Fondo Verde para el Clima (FVC), que debería empezar a funcionar en 2020 poniendo a disposición de los países en desarrollo 100.000 millones de dólares anuales para fomentar el uso de energías limpias. Las diferencias sobre la estructura y la gestión del FVC –sobre todo las planteadas por Arabia Saudí y EE UU– han impedido que por el momento se alcance un consenso, por lo que habrá que esperar hasta el final de la cumbre para ver si se logra un acuerdo al respecto.
Los dos objetivos
- La UE, Japón o Rusia reclaman un acuerdo que obligue a EE UU y a los países emergentes a reducir sus emisiones.
- Los negociadores debaten la gestión de un Fondo Verde para el Clima de 100.000 millones de dólares anuales para combatir el cambio climático.
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