Roma

Extraterrestre Djokovic

Djokovic ha dado el último paso al frente para arrebatar el trono a Nadal en un futuro inmediato. En Roma, en unas condiciones casi idénticas a las de París, también ha podido con el número uno. Rafa y su equipo habían planteado el torneo en el Foro Itálico como el campo de pruebas ideal para conquistar su sexto Roland Garros.

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Nadal jugaba en las condiciones ideales, en el entorno en el que casi nadie le ha planteado resistencia en los últimos seis años. Hasta que se ha topado con el serbio. «Nole» parece poco menos que indestructible. Murray le tuvo sobre la lona en las semifinales. Al escocés se le escapó después de más tres horas de partido. El balcánico llegaba a la final lastrado por un partido más que exigente. Pues ni por esas. Siete torneos, siete victorias. Cuatro de ellas han sido con Nadal enfrente en el partido decisivo. Su racha de triunfos consecutivos se prolonga hasta los 37 partidos. En París, en Roland Garros, en la casa de Nadal, «Nole» buscará el golpe de estado definitivo. Si alcanza la final mejorará la plusmarca de 42-0 que McEnroe estableció en 1984. Las cuentas para el número uno son muy similares. La lógica apunta que Djokovic cerrará la temporada sobre tierra batida como líder de la ATP.

Nadal se ha estrellado en apenas dos semanas del mismo modo ante el mismo rival, pero en unas condiciones muy distintas. En Madrid, los golpes planos de Djokovic hacen más daño que en Roma. Pero al serbio le dio lo mismo. Si había que ganar el punto dos o tres veces, no había ningún problema. Las líneas eran sus aliadas; los ángulos superlativos, una sana costumbre. Djokovic ha demostrado en la Caja Mágica y en el Foro Itálico que es capaz de llevar el peso del partido. Nadal se ve obligado a defenderse punto tras punto. Como es tan bueno, obliga al balcánico a buscar golpes imposibles, el problema es que la mayoría de las veces los encuentra.

Djokovic pareció acusar la semifinal en el arranque. Tardaba en recuperar, pero a partir del sexto juego surgió el jugador que no tiene rivales en 2011. Logró un «break» en el octavo; Rafa lo recuperó, pero el siguiente servicio lo volvió a ceder. Con el impulso, se situó 2-0 en la segunda manga. La reacción de Rafa (2-2) recordó al jugador que se sobreponía a las situaciones más exigentes. Pareció capaz de prolongar el partido, pero Djokovic se mantuvo firme con su servicio. Esa consistencia minó el ánimo de Nadal. Sí incluso la solidez de Rafa ya no es la habitual ante el nivel que ha alcanzado el tenis del serbio. Cuando «Nole» huele la sangre, la pieza difícilmente encuentra escapatoria. En el décimo juego del segundo set, se fue a por Nadal y se regaló tres bolas de partido. Necesitó una más para que Roland Garros llegue rodeado de más incógnitas que nunca. Sharapova vuelve a ganar un año después. La rusa derrotó en la final a la australiana Stosur por 6-2 y 6-4 y ahora afrontará el reto de París, el único «Grand Slam» que tiene pendiente.