Sevilla

Asenjo destaca el «clima religioso» de la JMJ

El arzobispo, impresionado con la «calidad cristiana» de los jóvenes

El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, durante su participación en la misa de bienvenida de la Jornada Mundial de la Juventud
El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, durante su participación en la misa de bienvenida de la Jornada Mundial de la Juventudlarazon

Sevilla- El arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, hizo balance, en una carta pastoral, de sus «impresiones tras la experiencia vivida la pasada semana en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebró en Madrid», y en la que participó junto al obispo auxiliar, monseñor Santiago Gómez, al frente de una delegación compuesta por un nutrido grupo de sacerdotes y unos 20.000 jóvenes procedentes de la archidiócesis hispalense.
El prelado destacó el «extraordinario esfuerzo» realizado por los miembros de la Delegación Diocesana de Pastoral Juvenil para que Sevilla estuviera representada en este encuentro con el Papa. Asenjo subrayó especialmente la participación del millar de jóvenes que se desplazó a la capital de España en la delegación diocesana, sin olvidar a los grupos que formaban parte de las peregrinaciones organizadas por colegios de religiosos, los centros vinculados al Opus Dei, las Hermandades y Cofradías, el Camino Neocatecumenal y la familia salesiana.
El arzobispo lo definió como «un extraordinario acontecimiento eclesial» en el que se superaron los interrogantes que algunos planteaban con antelación, especialmente en relación a la capacidad de Benedicto XVI de conectar con los jóvenes. «Desde un primer momento se ha establecido entre los jóvenes y Benedicto XVI una comunión profunda nacida de la fe y acrecentada por la sencillez, la humildad, la alegría y la autenticidad del Papa en sus gestos y en el mensaje hermosísimo que ha sembrado en Cibeles y en el campo ancho y dilatado de Cuatro Vientos», señaló el arzobispo.
Asenjo resaltó algunos rasgos de los jóvenes con los que ha compartido «unos días de gracia». «Personalmente me ha impresionado mucho su alegría honda, desbordante y compartida, su calidad humana y cristiana, sin un incidente, sin una queja ante las dificultades o incomodidades. Me ha impresionado mucho también el clima intenso y serenamente religioso, el silencio impresionante de la adoración eucarística de la noche del día 20, el ambiente de paz, de fraternidad y familia, que hacía que los jóvenes se sintieran como hermanos, aunque no se conocieran», aseguró.