El hijo de Txomin

El Estado español tiene verdadera ilusión en que el etarra Txomin deje preñada a la etarra Nerea. Para tan interesante objetivo, no escatima gastos y le está costeando un tratamiento de fertilidad. Cada traslado de la cárcel de Huelva, donde está él, a la cárcel de Córdoba, donde está ella, tiene un precio de 500 euros que paga con alegría el Ministerio de Interior.

Un gasto al que se añaden los 10.000 euros que ha pagado la Junta de Andalucía por los dos intentos que han hecho los médicos para que la parejita tenga descendencia. No son una excepción. La Audiencia Nacional dejó en libertad bajo fianza en junio de 2008 a la etarra Beloki para someterse a un similar tratamiento de fertilidad costeado por Sanidad.

Esto sucede en plena crisis y en un país cuyo Gobierno le sube el IVA a la gente honrada; les baja los sueldos a los funcionarios; les congela las pensiones a los jubilados; les quita los subsidios a los parados y le habla de «copago» al español que se tiene que operar a vida o muerte aunque lleva toda la vida «copagando» la Seguridad Social un mes tras otro. Pero, en fin, todo eso da igual. Lo hacemos con gusto.

Lo importante es que Txomin y Nerea tenga una pocholada de crío que aprenda a decir con asco las palabras «Estado» y «español». ¡Qué ricura!