La baja

De la España de «La Roja» hemos pasado en unos días a la España de la baja, a la cruda realidad, al país con más absentismo laboral de Europa y a un raro verano en el que todos los controladores aéreos se ponen enfermos al unísono y caen en cama como moscas. Yo creo que este asunto está siendo mal enfocado. Aquí no se tiene que pronunciar el ministro de Fomento sino la ministra de Sanidad. Aquí hay un virus selectivo que en cuanto ve a un controlador aéreo se lanza sobre él y lo estresa sin piedad en menos que canta un gallo. Aquí estamos ante una epidemia de gripe aviar o avionera que sólo afecta al gremio del aire y, a este paso, al facultativo, porque los verdaderos estresados no van a acabar siendo los controladores sino los pobres médicos que al parecer tienen que firmar una baja cada dos minutos y no sé cómo pueden dar abasto. El problema de las bajas, de las plagas de bajas, es viejo en España. No hay un país en el mundo donde se trabaje tanto y tan poco. Aquí unos se quedan a trabajar hasta las once de la noche en la oficina para hacerle la pelota al jefe o para no ver a la jefa y otros piden la baja porque les ha dejado la novia o porque Pepiño les ha estresado. Es posible que tengan sus razones los controladores, que no sea todo tan simple como que Pepiño el Estresador sea el bueno y los controladores los malos, pero con el método, con el truco, con la picaresca nacional de la baja, se han equivocado. No pasan por los parias de las tierra ni del aire.